Ir al contenido principal

ENTRE LA ESPADA Y LA PARED

THE DEEP BLUE SEA, Terence Davies
"El amor es el opio de las mujeres"
Marina Subirats

La tragedia de una mujer prisionera de sus pasiones. La que desobedece los consejos de quienes la tutelan: el padre, el confesor, el marido, la suegra. Es mejor no dejarse llevar por las pasiones, que llevan a cosas sucias, y sustituirlas por un "generoso entusiasmo". El drama de una mujer que se salta el orden, ese del que tanto sabe su señor marido,  un juez y por lo tanto experto en valorar la naturaleza humana y en medir conceptos tan patriarcales como el de honor.  La mujer desesperada que cierra las cortinas y abre el gas. Sylvia Plath, Virginia Woolf.  Entre dos hombres que no la quieren como ella desea, por más que uno la proteja como a una niña pequeña y otro se le entregue de vez en cuando.

Terence Davies ha hecho de la obra de Terence Rattigan una espléndida sinfonía. Música del alma. Con su habitual estilo, que desde lo clásico llega a lo rompedor, disecciona el alma de una mujer de los años 50 del pasado siglo y nos la ofrece en su desnuda vulnerabilidad.  Tan pequeña frente a las convenciones, la moral y  las miradas de un orden patriarcal que ha hecho del amor romántico la coartada perfecta para la sumisión.

Between the Devil and the deep blue sea. Entre la espada y la pared. Así está Hester. Dolida y doliente.  En esa delgada línea que suma amor y muerte, Eros y Tanatos, como la heroína de una ópera que lanza un aria de incuestionable belleza.  Porque eso es lo que nos retrata esta belleza de película: el dolor de amar, la irresistibilidad de la piel, el fuego que nos hace arder y que sin embargo nos consume. La tragedia del amor como una novela con su ardiente principio pero también con su último capítulo. Y la mujer en medio. Entre el hombre-padre y el hombre-héroe que se quedó instalado en los confines de una guerra en la que pudo demostrar su virilidad.

Hester es RACHEL WEISZ. Rachel es toda la película. Su hermosura y su talento nos arrastran por el laberinto de sus congojas. Es imposible no enamorarse de ella, no desearla, no entenderla. Desde el mismo arranque de la historia que es filmado como una ópera, y en el que bastan las imágenes y la potente música para enseñarnos el verdadero rostro de la pasión. Piernas entre sábanas.  Manos que se agarran.  El concierto para violín de Barber. El sentimiento de culpa después. Y la verguenza. Una mujer asomada a una ventana.

Trailer de la película:

Comentarios

Entradas populares de este blog

YO, LA PEOR DEL MUNDO

"Aquí arriba se ha de anotar el día de mi muerte, mes y año. Suplico, por amor de Dios y de su Purísima Madre, a mis amadas hermanas las religiosas que son y en lo adelante fuesen, me encomienden a Dios, que he sido y soy la peor que ha habido. A todas pido perdón por amor de Dios y de su Madre. Yo, la peor del mundo: Juana Inés de la Cruz". Mi interés por Juana Inés de la Cruz se despertó el 28 de agosto de 2004 cuando en el Museo Nacional de Colombia, en la ciudad de Bogotá, me deslumbró una exposición titulada "Monjas coronadas" en la que se narraba la vida  y costumbres de los conventos durante la época colonial. He seguido su rastro durante años hasta que al fin durante varias semanas he descubierto las miles de piezas de su puzzle en Las trampas de la fe de Octavio Paz. Una afirmación de éste, casi al final del libro, resume a la perfección el principal dilema que sufrió la escritora y pensadora del XVII: " Sor Juana había convertido la inferioridad

EL ÁNGEL DE AURORA Y ELENA

  El dolor siempre pasa por el cuerpo. Y la tristeza. También el goce, los placeres, la humillación. Somos cuerpo atravesado por las emociones. Los huesos y la piel expresan los quiebros que nos da la vida. Esta acaba siendo una sucesión de heridas, imperceptibles a veces, que nos dan nombre. Algunas supuran por los siglos de los siglos. Otras, por el contrario, cicatrizan y nos dejan tatuados. Las heridas del amor, de los placeres, de los esfuerzos y de las pérdidas. Estas últimas son las que más nos restan. Como si un bisturí puñetero nos arrancara centímetros de piel.   Sin anestesia. Con la desnudez propia del recién nacido. Con la ligereza apenas perceptible del que se va. No puedo imaginar una herida más grande que la provocada por la muerte de un hijo apenas recién iniciado su vuelo. Por más que el tiempo, y las terapias, y   las drogas, y los soles de verano, hagan su tarea de recomposición. Después de una tragedia tan inmensa, mucho más cuando ha sido el fruto de los caprich

CARTA A MI HIJO EN SU 15 CUMPLEAÑOS

  De aquel día frío de noviembre recuerdo sobre todo las hojas amarillentas del gran árbol que daba justo a la ventana en la que por primera vez vi el sol  reflejándose en tus ojos muy abiertos.   Siempre que paseo por allí miro hacia arriba y siento que justo en ese lugar, con esos colores de otoño, empezamos a escribir el guión que tú y yo seguimos empeñados en ver convertido en una gran película. Nunca nadie me advirtió de la dificultad de la aventura, ni por supuesto nadie me regaló un manual de instrucciones. Tuve que ir equivocándome una y otra vez, desde el primer biberón a la pequeña regañina por los deberes mal hechos, desde mi torpeza al peinar tu flequillo a mis dudas cuando no me reconozco como padre autoritario. Desde aquel 27 de noviembre, que siento tan cerca como el olor que desde aquel día impregnó toda nuestra casa, no he dejado de aprender, de escribir borradores y de romperlos luego en mil pedazos, de empezar de cero cada vez que la vida nos ponía frente a un n