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Mostrando entradas de octubre, 2021

HOMBRES DE 50

  Tal vez no he sido tan consciente del paso del tiempo, en el sentido más agónico del atérmino, como cuando hace unas semanas recibí una atenta carta de la Consejería de Salud de mi Comunidad autónoma en la que, al constarles que ya había llegado a los 50, sería conveniente que me hiciera un análisis para descartar el cáncer de colon. Una carta en la que, como si fuera un niño pequeño, me daban todo tipo de instrucciones y facilidades para que, obediente, pasara por el control médico. Algo que a mí siempre, como hombre que sigue aferrado a su masculinidad omnipotente, me ha supuesto un ejercicio incómodo de superación. Yo también soy de esos hombres, y me consta que somos muchos, miedosos ante la enfermedad, cobardes ante las agujas y, lo que es peor, en batalla continua frente a la necesidad de autocuidado que siempre hemos entendido como una especie de menoscabo de nuestra virilidad. Sin embargo, cuando pasas la barrera de los 50, múltiples señales, incluida la publicidad en la que

CARMEN ALBORCH: siempre AL AMPARO DE CARMEN

Hoy, 24 de octubre, que se cumplen tres años ya del fallecimiento de CARMEN ALBORCH, traigo a este blog una parte del capítulo titulado PRIMAS Y MOSQUETERAS, que en el libro Al amparo del feminismo dedicamos a las mujeres amigas de la vida de Amparo Rubiales. A mí me habría gustado haber tenido mucho más tiempo para poder profundizar en mi relación con Carmen Alborch. Nunca olvidaré el día que la conocí en Carmona, en uno de esos cursos que son como una especie de “ejercicios espirituales” feministas. Aunque ya la estaba sacudiendo la enfermedad, estaba bellísima, con esa fuerza que siempre tuvo en los ojos, en las manos, en su pelo rojo.  Cenamos juntos y fue una gozada escucharla, mirarla, disfrutarla. Había en ella una energía especial, de esas que yo no sabría cómo calificar, que se transmitía a toda la mesa. Su risa era contagiosa, decía cosas muy profundas pero con una sencillez aplastante, tenía la capacidad admirable de sentenciar sobre asuntos delicados pero sin provocar tens

LA DILIGENCIA DE "EL BUEN PATRÓN"

N uestro Código Civil aún mantiene en varios artículos la mención a “la diligencia del buen padre de familia” como referencia de lo que se entiende como un buen comportamiento, como el paradigma del sujeto de derechos, como el prototipo, androcéntrico y patriarcal, de lo que durante siglos el Derecho entendió como representación de lo universal. El hombre proveedor, sustentador de la familia, representante del orden y la autoridad, nacido y socializado para el poder. Heredero de una larguísima dinastía de varones que no hemos atesorado otro mérito que ser continuadores de un pacto implícito que durante siglos nos ha otorgado dividendos. Sin otro mérito de entrada que haber nacido con la genitalidad a la que el sistema otorga un estatus privilegiado. El sistema sexo/género como determinante de lugar que mujeres y hombres ocupamos en lo público y en lo privado. La masculinidad como megaestructura que nos define y que atraviesa de manera transversal la política, la economía, la cultura y,

LA MATERNIDAD SEGÚN ALMODÓVAR

Hace tiempo que el universo Almodóvar me deja frío, muy especialmente desde que abandonó su sentido del humor y quiso convencernos de que lo suyo es el drama, e incluso por momentos la tragedia. Pese a ello, espero con interés sus estrenos porque siempre encuentro en sus películas elementos que, como mínimo, me remueven por dentro. Para bien y para mal. Al margen de que como todos sabemos es el mayor experto en vendernos sus productos. Recordemos su inteligente apuesta por el cartel de un pecho del que salía una gota de leche hace unos meses. Un pecho que, por cierto, no está en la película que se anunciaba, en la que las madres no dan de mamar a sus hijas.  Madres paralelas,  de la que el director ha dicho que es una película política y que, a mi parecer, no deja de ser un melodrama excesivo en el que se vuelven a poner de manifiesto sus debilidades como guionista, es un una especie de cóctel que, por acumulación, no genera emoción, sino más bien una cierta distancia y frialdad en qui

MI PADRE, VIEJO

  “Ser vieja es  un regalo, justamente porque significa que he vivido muchos años y lo que sí está claro es que no soy joven. No es posible ser a la vez joven y vieja y menos aún la tontería de decir soy joven en un cuerpo viejo. Reconciliémonos con esta palabra, utilicémosla con tranquilidad, naturalidad y humor. Es el único camino a través del cual podemos colaborar a borrar su estigma negativo y hacer de ella una realidad, tal cual. Todos los eufemismos que podamos utilizar: persona mayor, adulta mayor y otros similares, no restan años del DNI” Anna Freixas,  Yo, vieja   Ahora que mi padre cumple 80 años, esa edad en la que los horizontes se acortan y se entra inevitablemente en una etapa de descuento, he recordado todas y cada una de las páginas del último libro de Anna Freixas . Porque aunque está escrito poniendo el foco de manera singular en las mujeres veteranas, pioneras o longevas, y atravesado, como no podía ser de otra manera, por una lógica emancipadora feminista, los anál

ANTÍGONA: La democracia por hacer

  Aunque pueda parecer un tópico no por ello deja de ser menos cierto que una obra clásica es aquella que, desde el pasado, puede interpelarnos en el presente. Aquella que puede ser objeto de lecturas y relecturas que, sin modificar su esencia, permitan tirar de los múltiples hilos que encierra. La que bajo una aparente sencillez encierra toda la complejidad que supone poner al descubierto las pasiones y las miserias humanas. Antígona es, sin duda, una de esas obras que durante siglos nos lleva interrogando sobre la Justicia, las leyes, el poder o la desobediencia. Y todo ello, y no es casualidad, con el nombre, el rostro y el cuerpo de una mujer, una de esas subjetividades femeninas que en el teatro clásico se alzan poderosas y rebeldes frente a un mundo hecho a imagen y semejanza de los varones.     Se han hecho tantas representaciones de la historia de esa mujer que se alza digna frente lo injusto de la ley, en una vindicación que acaba siendo la de una democracia que tenga en su co

MAIXABEL: La paz imperfecta de una sociedad decente

Icíar Bollaín da instrucciones a Blanca Portillo en un momento del rodaje. Viendo  Maixabel , la honda y necesaria película de Icíar Bollaín, una cineasta siempre dispuesta a rastrear el alma humana y sus tensiones, con intensidad pero sin sentimentalismos, me acordé mucho de todo lo que aprendí de Paco Muñoz, el profesor granadino que fue durante años el motor del Instituto de la Paz y los Conflictos de su Universidad y el gran impulsor del máster interuniversitario en el que desde hace años imparto docencia sobre los derechos humanos como procesos de lucha por la dignidad. Con Paco, siempre inquieto como un niño travieso y cantarín, aprendí todo el poderío que encierra el concepto de "paz imperfecta" y me di cuenta de que la mayoría de los conflictos no se resuelven sino que se gestionan. En la capacidad de reconducirlos a energía creativa, a convivencia pacífica, reside la mayor fuerza, y también la mayor esperanza, que representa la democracia. Un régimen político también