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Mostrando entradas de junio, 2019

GENTLEMAN JACK: MUJERES FUERA DE LOS ARMARIOS

Los hombres hemos estado siempre tan acostumbrados a ocupar todos los espacios, a dominar los imaginarios y a definir los relatos que nos hacen reconocibles como la Humanidad entera, que todavía hoy nos cuesta renuncia a ese privilegio consistente en usurpar la universalidad. Algo que, por ejemplo, sigue siendo muy habitual cuando se plantean las reivindicaciones relativas a la diversidad sexual. La palabra gay vuelve a dominar la escena y, como ya sabemos, el lenguaje no es inocente. Al contrario, las palabras dejan muy claro quiénes son poderosos y quiénes no. De ahí que sea necesario insistir en hablar de matrimonio igualitario y no gay, o de que las celebraciones del Orgullo no aparezcan monopolizadas por la masculinidad hegemónica. Porque no solo el imagino invisibiliza a las mujeres, sino que también suelen quedar fuera todas esas masculinidades que, aun siendo gais, no responden al patrón del machito homosexual que el mercado se ha encargado de hacer apetecible. Esa terribl

DEL ORGULLO GAY AL RECONOCIMIENTO DE LAS DIFERENCIAS

Los derechos humanos están hechos de una materia tan vulnerable, y que no es otra que la que deriva de nuestra dignidad compartida, que siempre han de merecer una singular atención. Aunque se hayan traducido en conquistas jurídicas, su estatus siempre pende de un hilo. De ahí que la lucha sea un ingrediente esencial del mismo concepto de derechos humanos, y no solo por lo que ha habido que pelear para que sean garantizados, sino también porque su realización efectiva requiere de un compromiso cotidiano y de una acción política, o sea, colectiva, destinada a hacerlos posibles. Es decir, los derechos humanos, como decía Joaquín Herrera, son “procesos de lucha por la dignidad”. Una definición que se hace evidente si repasamos cuánto ha costado en nuestro país que el ordenamiento jurídico, y no digamos la sociedad, defina como derechos las sexualidades e identidades individuales. Avances legislativos Como todo ejercicio de democracia acaba siendo necesariamente un ejercicio de mem

LA GRADUACIÓN

El reloj de la vida te cambia cuando te conviertes en padre.  Y no solo por que el tiempo empieza a enredarse entre las incertidumbres de una tarea para la que no existe manual, sino porque ya no te queda más remedio que vivir hacia el futuro. Tener un hijo o una hija es  un ejercicio permanente de lucha contra la melancolía. La paternidad nos instala en esa tensión inevitable que nos lleva a temblar entre lo que veloz se va y la incertidumbre del mañana. Ese horizonte en el que nosotros cada vez seremos más pequeños y nuestros descendientes más y  más grandes. Mi hijo, a punto de cumplir los 18, acaba de terminar sus estudios de secundaria, después de más de una década en el mismo colegio, con los mismos compañeros y las mismas compañeras, tras años de rutinas   y horarios repetidos. Como si curso tras curso hubiéramos empezado una nueva temporada de nuestra serie favorita, desde aquel día en que con apenas 4 años lo llevé por primera vez al autobús que cada mañana lo dejaría

EL VACÍO QUE ROSALÍA NO HA PODIDO LLENAR

Escribo estas líneas justo cuando a está a punto de constituirse la nueva corporación municipal, el día en que el concierto de Rosalía se convierte en metáfora de lo que esta ciudad ha dado de sí en los últimos años en materia de política cultural. Pasado el frenesí del proyecto de capitalidad, y atravesados unos momentos de penurias económicas, si por algo se ha caracterizado la gestión de la cultura en nuestra ciudad es justamente por su inexistencia. Es decir, como vecino de Córdoba y como persona inquieta por todo aquello que desde lo público puede contribuir al bienestar y enriquecimiento de la comunidad, he asistido entre asombrado y progresivamente indignado ante la ausencia de unas líneas claras de lo que desde las instituciones locales puede hacerse, y que creo que es mucho, para potenciar la cultura, apoyar la creación o, en general, crear espacios en los que los vecinos y las vecinas podamos no solo disfrutar del ocio sino también ampliar horizontes. Una ampliación que si

NO ES VIOLENCIA INTRAFAMILIAR: LAS PALABRAS IMPORTAN

El feminismo, además de un movimiento social y de una estrategia política, y de por supuesto una ética y un modo de vida, es un marco de análisis desde el que nos enfrentamos a la realidad y tratamos de encontrar respuestas a determinadas preguntas. Justamente por eso, en las reflexiones que se hacen desde el feminismo son tan importantes las palabras y los conceptos. Porque justamente desde ellos enfocamos la vida con una determinada perspectiva, la que nos ofrece el género, y buscamos soluciones a injusticias que hoy por hoy siguen teniendo como principales víctimas a las mujeres. Por ello desde el feminismo reclamamos con tanta insistencia no solo un lenguaje inclusivo, sino también una terminología que nos dibuje con precisión de qué estamos hablando, cuáles son las prioridades de lucha y sobre qué parte de la realidad hemos de incidir para construir otro mundo. Conceptualizar es politizar, sentenció hace ya años la sabia Celia Amorós. Y es justo es nivel de compromiso ético y

SODOMA: EL HETEROPATRIARCADO VATICANO

Cuando hablamos de la masculinidad dominante, entendida como construcción cultural y política que continúa determinando la subjetividad de los varones, no podemos desvincularla de las estructuras de poder en las que históricamente se ha apoyado y que, a su vez, le han dado aliento para seguir siendo hegemónica. Es decir, cuando hablamos críticamente de las masculinidades tenemos que hacerlo necesariamente desde una perspectiva política. No basta con las voluntariosas deconstrucciones personales, ni con los heroísmos individuales. Estamos hablando de privilegios estructurales y, por tanto, de la acción política que tendríamos que poner en marcha para desmantelarlos y, así, acabar con la supremacía masculina. Lo cual pasa, lógicamente, por acabar con los patriarcados que la sustentan y que son la causa de la explotación de la mitad femenina de la Humanidad, así como de la humillación de aquellos hombres que traicionan los mandatos de género. No cabe duda de que la Iglesia Católica es

ALESSIO ARENA, EL HOMBRE CANCIÓN

Los hombres en general, y los más jóvenes en particular, estamos necesitados de espejos en los que mirarnos para (re)construirnos, liberándonos de la mochila que las expectativas de género cargan a nuestras espaldas. Necesitamos que nuestros imaginarios colectivos se pueblen de masculinidades disidentes, de sujetos rebeldes contra el machismo, de individuos que no sientan el feminismo como una amenaza y que asuman un papel militante frente al creciente desigualdad que asola el mundo. Hombres que reivindiquen la ternura como una praxis emancipadora y que no tengan ningún reparo en mostrarse ante los demás frágiles y dotados de un poder no para controlar sino para transformar: un poder con , no un poder sobre. Alessio Arena es uno de esos hombres en el que deberíamos mirarnos para aprender, entre otras cosas, que nuestra esencia es ser nómadas y que lo que nos da alas es justamente habitar las fronteras. Este napolitano-catalán-chileno (y algo andaluz) ha ido construyendo su it