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Mostrando entradas de diciembre, 2017

LAS MUDANZAS DE UN HOMBRE FRÁGIL

Todas las personas que escribimos lo hacemos para que nos quieran. O para sentirnos menos solos. O para no caer rendidos ante la incertidumbre tóxica que supone saberte un ser raro, extravagante, monstruoso incluso. Hay en el hecho de escribir, que acaba siendo como una explosión de incalculables consecuencias, un ansia de tender puentes, de traducir lenguajes ajenos, de saltar a camas en las que sentir que nuestra piel nos abandona y cubre el cuerpo de otros. Justamente por ello no deja de ser hasta cierto punto paradójico que el primer poemario publicado por Carlos Asensio se titule Dejar de ser , en flagrante contradicción con lo que supone poner negro sobre blanco que no es otra cosa que seguir siendo pese a nuestras miserias. Este libro, que como señala el Niño de Elche en el prólogo, es una especie de “constelación poética”, nos muestra con tacto pero sin renunciar al desgarro ese filo en que se encuentra el autor, y en el que muchos lectores como yo han podido reconocerse. El

CALL ME BY YOUR NAME o la gramática del deseo

"«¡Luego!» Una palabra, una expresión, una actitud.  Nunca había escuchado a nadie utilizar «luego» para despedirse. Me resultó arisco, seco y despectivo, dicho con la velada indiferencia de alguien a quien le daría igual no volver a verte o no saber nada de ti.  Es el primer recuerdo que tengo de él y aún hoy puedo oírlo . «¡Luego!» Cierro los ojos, pronuncio la palabra y vuelvo a estar en la Italia de hace tantos años, caminando por la acera arbolada y viéndole salir del taxi con una camisa azulada con un estampado ondulado, con los cuellos bien abiertos, las gafas de sol , un gorro de paja y mucha piel a la vista. De repente me da la mano, me entrega su mochila, saca el equipaje del maletero del taxi y me pregunta si mi padre está en casa . Puede que todo comenzase precisamente allí y en aquel instante: la camisa, las mangas remangadas, los pulpejos redondeados de su talón que se escapan de las alpargatas desgastadas, ansiosos por robar la cálida gravilla del camino qu

UNA MUJER FANTÁSTICA: Sin identidad no es posible la dignidad.

Cuando hablamos de derechos humanos finalmente lo estamos haciendo de emociones, de piel, de pasiones y de miserias. Es decir, los derechos humanos nos remiten a todo lo que implica sentir  de manera autónoma, establecer vínculos con las otras y con los otros, enredarnos desde nuestra libertad en los complejos mundos que nos convierten en seres sociales. Tal vez nos resultaría más fácil definirlos si partiéramos de la evidencia de que no solo somos seres racionales sino que también nos mueven y nos definen las emociones, y que es justamente gracias a ellas que podemos armar un espacio cálido en el que vivir (y, a veces, sobrevivir). De ahí que, en consecuencia, cuando hablamos de discriminaciones, de negaciones de derechos, no estamos sino haciéndolo de humillación. De todo aquellos que nos degrada en cuanto que nos niega como humanos, en cuanto que nos impide sentir al máximo, en cuanto que nos limita las posibilidades de ser y estar con las y los demás. De todo aquello que nos ins

LA HISTORIA DE AMOR DE LA BELLA SEÑORITA Y EL JOVEN AMIGO... 50 años de Amparo y Rafael

Hace 50 años en este país todo era mucho más oscuro o, como mínimo, más gris. Aquella mañana de diciembre, tan próxima ya la Navidad, hacía mucho frío. Entonces las bodas no eran un espectáculo como ahora. Todo era más pequeño, más familiar, me atrevo a decir que más auténtico. Nada se hacía pensando en la galería de fotos, ni mucho menos en las poses para compartir en las redes sociales. En aquella boda no hubo grandes manjares, ni postres de diseño, ni orquesta con la que los novios pudieron abrir el baile. Aquella boda fue íntima, modesta, cercana y con olor a desayuno bien caliente. Siempre cuenta mi madre que aquel día se levantó con una calentura en el labio y que se las vió y deseó para que no se le notara en las fotos en blanco y negro. Me imagino sus nervios, su cuerpo delgado temblando entre el frío y la tensión de ser la reina por un día, sus ojos siempre tan vivos como si quisieran engullir cada detalle de aquel 23 de diciembre y así atesorarlo, como quien escribe en un

AUTORRETRATO DE UN MACHO DISIDENTE

Me cuesta explicar  qué tipo de libro es este  que tienes en tus manos. Ni yo mismo, una vez terminado, he tenido claro qué etiqueta ponerle, aunque tal vez lo más sabio sea eso precisamente, asumir que la literatura, la creación en general, debería superar de una vez por todas las fronteras con las que tendemos a dividir todo lo que nuestra imaginación, nuestro corazón y nuestra cabeza son capaces de crear. Este libro va precisamente de fronteras o, mejor dicho, de cómo acabar con ellas, de cómo diluirlas en un espacio fluido en el que finalmente cualquiera de nosotros pueda ser lo más feliz posible sin necesidad de atenerse a normatividad alguna. Por lo tanto, empecemos por superar el propósito de encajarlo en un género, en un estilo, en una determinada estantería. Empecemos por negar. El feminismo me enseñó que todo lo personal es político y, por tanto, tengo muy claro que cualquier gesto, cualquier paso, cualquier palabra, lo hago como animal político que soy En los últi

UNA CARTA JUBILOSA PARA ANA RUBIO

Querida y admirada Ana, Hace tiempo que algunos, y sobre todo muchas, soñábamos con un mundo en el que vosotras, las mujeres, fuerais maestras. Es decir, sujetas con poder y autoridad, de las que todas y todos pudiéramos aprender, que también formarais parte del canon que mide la excelencia y el prestigio. Ese sueño, no sin dificultades todavía, y a un ritmo más lento del que a algunas personas nos gustaría, ha empezado a hacerse realidad hace algunas décadas. En lucha contra los sólidos muros del patriarcado, sobre los que para desgracia nuestra se superponen los de una Universidad que todavía avanza con dificultades debido a lastres medievales, hemos empezado a encontrar nombres de mujer en los listados de bibliografía, en las ventanas que suponen los medios de comunicación, en la configuración de eso que de manera tan pomposa llamamos la “doctrina”. De esta manera ha empezado a construirse, o mejor dicho ha continuado haciéndolo, una genealogía feminista también en el pensamien

SIN MEMORIA NO HAY DEMOCRACIA

Somos un país desmemoriado y tal vez ello explique la imposibilidad que seguimos teniendo para construir una convivencia armónica y, sobre todo, para asumir el gozo que implica vivir siempre en el mestizaje, derribando fronteras, concebida la igualdad como presupuesto que nos permite reconocer las diferencias. En gran medida hemos construido nuestra identidad colectiva sobre los silencios y el olvido, lo cual tiene como terrible consecuencia que muchos sigan ocultos tras las banderas e inmovilizados en su trinchera. Una sociedad que no es capaz de quitarse las máscaras está condenada a vivir permanentemente en la angustia y, sobre todo, a prorrogar la humillación de quienes en un determinado momento de la historia fueron pisoteados o, en el peor de los casos, directamente exterminados. Cuando estamos a punto de cumplir 40 años de sistema constitucional, necesitamos de una vez por todas hacer un ejercicio de memoria, es decir, de justicia, por más que ello suponga recolocar determina

UNA CONSTITUCIÓN SIN MUJERES NO ES CONSTITUCIÓN

En estos momentos en los que para la mayoría –excluyendo al PP, claro– parece evidente que es urgente una reforma de la Constitución de 1978, debería serlo también que uno de los grandes déficits que arrastra ese pacto de convivencia es la ausencia de las mujeres no solo en el poder que la generó sino también en su contenido. Ello no quiere decir que no hubiera mujeres en el proceso constituyente. Claro que las hubo: 27 pioneras que en aquellas Cortes elegidas en 1977 tuvieron que batallar con lo que entonces todavía era un patriarcado coactivo. 27 mujeres absolutamente invisibles en los libros de historia, en las conmemoraciones y en un imaginario colectivo en el que solo ha habido lugar para los padres de la Constitución. La más radical expresión de eso que Celia Amorós denomina “pactos juramentados entre varones” o, si lo prefieren, como vergonzante demostración práctica de que el patriarcado es el gobierno de los padres. Afortunadamente los trabajos de la constitucionalista

EL JUEGO DE LA INEVITABLE DESLEALTAD

Después de varios horrores/errores acumulados – su anterior película, El bar ,  me pareció el mejor ejemplo de cómo un creador puede ser víctima de sus propios excesos-, Alex de la Iglesi a me ha sorprendido con la que para mí es sin duda una de sus mejores obras. Tal vez porque el punto de partida no ha sido una idea suya – se trata de una versión de un éxito italiano con el mismo título del director Paolo Genovese -, por más que le haya dado un toque personal a la historia.  Lo mejor de Perfectos desconocidos es que todo funciona a la perfección, como un mecanismo de relojería, lo cual es esencial para una buena comedia. Desde los diálogos a las coreografías de los personajes, pasando por un elenco en el que todas y todos están especialmente brillante. Incluso Belén Rueda , que es una actriz a la que no dejo de ver en su rol de Los Serrano, borda su papel, de la misma manera que lo hacen unos excepcionales Ernesto Alterio ,  el habitualmente “soso” Eduardo Noriega y ese monst