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Mostrando entradas de junio, 2017

TODAS Y TODOS SOMOS MONSTRUOS

En la presentación de su última novela en Córdoba, le escuché a Rosa Montero afirmar que “todos somos monstruos” y que la normalidad no existe, “la normalidad es la normatividad”.  He recordado estas afirmaciones viendo el primer largometraje del jovencísimo  Eduardo Casanova .  Pieles , que es sin duda una de las apuestas más singulares del reciente cine español, nos ofrece una bellísima reflexión en torno a las diferencias que nos singularizan, a la lucha de cada persona por ser ella misma en unas sociedades cada vez más homogeneizadas y  las que parece que cotiza más lo que aparentamos que lo que somos. Estéticamente sugerente, con alguna torpeza narrativa perdonable dado que es el primer largo del actor,  la película es una sorprendente apuesta que no dejará indiferente a quien la vea. Samantha , una mujer con el aparato digestivo al revés, o  Laura , la niña sin ojos que vive para dar placer a quienes acuden a ella huyendo de la soledad, o  Ana,  una mujer con la cara mal f

MAGNA LGTBI

Que en Córdoba se celebre por primera vez una marcha para conmemorar el día del Orgullo LGTBI es sin duda una magnífica noticia. Aunque me temo que las calles no rebosarán de gente como cuando sacamos Vírgenes y Cristos a pasear, espero que sirva como valiente demostración de que en esta ciudad también vivimos personas orgullosas y felices de no comulgar con la «normalidad» que no es otra cosa que la «normatividad». Orgullosas, sí, porque tras la larga historia de persecución y humillaciones, que lamentablemente no hemos conseguido erradicar del todo, es de justicia que podamos hacer pública demostración de que si algún sentido tiene la igualdad es precisamente para reconocer las diferencias que nos individualizan. La marcha del próximo miércoles debería ser portada en todos los medios porque supone un feliz intento de ruptura con algunos de los armarios que siguen encorsetando a una ciudad en la que no es casual que hayan tenido tan poco arraigo las asociaciones LGTBI, salvo aq

¿PARA CUÁNDO UN ORGULLO FEMINISTA?

Hace unos días mi compañera, la profesora de la Universidad de Barcelona Argelia Queralt comentaba en su Facebook, asombrada ante el despliegue madrileño con las celebraciones del Orgullo, por qué no ocurría algo similar con las reivindicaciones de las mujeres. Ella misma se asombraba de cómo un colectivo había logrado en poco tiempo generar tanta atención y expectación mientras que todavía hoy las feministas necesitan tanto esfuerzo no solo para que su voz se escuche sino, de entrada, para que sean tomadas en serio.  Las reflexiones de Argelia ponen el dedo en algunas de las llagas que en estas “sociedades formalmente iguales” continúan manteniendo como  subordiscriminadas  a las mujeres, al tiempo que cuestionan la deriva que, a mi parecer, está tomando una celebración, la del 28J, que parece haber encontrado un feliz acomodo en la gozosa intersección entre neoliberalismo y patriarcado. Pienso que las respuestas ante los interrogantes que se planteaba mi colega están interrela

"SOLO TE FALTA UNA POLLA": El caso Sloane

Además de mostrarnos el mal olor de las tripas de las democracias en general, y de la norteamericana en particular, El caso Sloane es un más que interesante thriller en el que el protagonismo absoluto, cosa poco habitual en el cine en general y en este tipo de películas en particular, corresponde a una mujer. Y se trata de una mujer empoderada , que pisa fuerte, triunfadora en lo público, con liderazgo y autoridad. El personaje de Elizabeth Sloane, que interpreta de manera rutilante una impresionante Jessica Chastain , nos muestra un modelo de mujer que en definitiva reproduce al milímetro todos los esquemas de comportamiento del varón al que podríamos enmarcar dentro de la “masculinidad hegemónica”. De hecho, en uno de los diálogos tan brillantes que tiene la película otra mujer le recrimina literalmente que solo le falta tener una polla.  Y es que comprobamos como Elizabeth es una mujer que se ha volcado hasta el extremo en su vida profesional, de manera que carece de vida person

RAFAEL HERNANDO: EL HOMBRE QUE NO DEBERÍAMOS SER.

Siempre que en algunas jornadas se plantea el interrogante sobre lo que significan las “nuevas masculinidades” – un término que a mí al menos me genera el rechazo propio de las etiquetas que no transcienden lo políticamente correcto y que en este caso incluso pueden seguirle el juego al patriarcado -, me resulta muy complicado precisar en qué consiste ser un hombre “nuevo”. Resulta mucho más fácil, como en tantos otros debates complejos, especificar lo que en todo caso no debería formar parte de un nuevo entendimiento de la virilidad, despojada al fin de lastres machistas y dispuesta a transitar por senderos en los que sea posible la equivalencia de mujeres y hombres. En este sentido, resulta tremendamente didáctico usar referentes de la vida pública para señalar justamente lo que no debería ser un hombre del siglo XXI. Un territorio, el de la vida pública, que todavía hoy está  casi enteramente poblado por sujetos que visten cómodamente el traje de la “masculinidad hegemónica”

¿DÓNDE ESTÁ LA IZQUIERDA LAICA?

A pesar de que nuestra Constitución está a punto de cumplir 40 años, todavía tenemos algunas transiciones pendientes. Una de ellas es la que finalmente nos permita transitar de un régimen confesional, como lo fue el franquista, a un modelo laico en el que tengamos muy claro cuál es el lugar de las cosmovisiones, sagradas o no, de la ciudadanía en el espacio público. Una cuestión que a lo largo de estas ya cuatro décadas ha sido permanentemente mal interpretada y cuando no arrinconada por una izquierda que, salvo excepciones, le ha hecho el juego a la confesionalidad encubierta que seguimos sufriendo. Bastaría con recordar como por ejemplo con el gobierno de Rodríguez Zapatero se incrementó la financiación a la Iglesia Católica o como también durante ese período se dejó guardada en un cajón la más que necesaria reforma de la Ley Orgánica de Libertad Religiosa. Por no hablar, sin ir más lejos, de cómo hace apenas unos meses el grupo socialista de nuestro Ayuntamiento se abstuvo ante l

PUTEROS: LOS NUEVOS BÁRBAROS DEL PATRIARCADO

  “ Los puteros encuentran en el acto prostitucional la posibilidad de desarrollar una masculinidad salvaje hasta borrar de su subjetividad los límites entre violencia, coacción y consentimiento. Sus prácticas agresivas y violentas son llevadas a su conciencia como actos voluntarios de las mujeres prostituidas. En el prostíbulo refuerzan la fantasía de su hipermasculinidad, permanentemente en sospecha ”.   Así termina el último e imprescindible libro de Rosa Cobo, desvelando en el rostro de quienes habitualmente son invisibles en los relatos sobre la prostitución cuando son ellos los que permiten la prórroga de una institución en la que el patriarcado se expresa con toda su crudeza.  Aunque se calcula que aproximadamente el 40% de la población masculina española es o ha sido demandante de prostitución, los sujetos prostituidores apenas aparecen en unas narrativas que dan por prácticamente natural, y por tanto legitiman, que los hombres tengamos una irrefrenable sexualidad que