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Mostrando entradas de marzo, 2018

LA LECCIÓN DE PATRICIA

El clamor gozosamente vindicativo, transversal e intergeneracional del pasado 8 de marzo nos puso en evidencia no solo las muchas razones de las mujeres para salir a la calle y reclamar una igual ciudadanía, sino que también una determinada forma de entender el mundo, la que durante siglos hemos capitaneado los hombres, atraviesa una profunda crisis. Ambos extremos están lógicamente interconectados. Es decir, las mujeres no alcanzarán el estatuto de la plena ciudadanía mientras que no superemos unas reglas del juego hechas a imagen y semejanza de los intereses masculinos. Ello pasa por transformar una racionalidad pública que continúa huyendo de las habilidades, estrategias y herramientas consideradas femeninas. O, lo que es lo mismo, por construir una ética cívica que parta de nuestra común precariedad y, en consecuencia, de nuestra necesaria interdependencia. Se trata pues de construir un orden social y político que esté más cerca del amor que del dominio, que se nutra de la dimen

SI DIOS EXISTE ES MUJER Y SE LLAMA SILVIA (PÉREZ CRUZ)

Escuchar en directo a Silvia Pérez Cruz es una especie de ceremonia religiosa, en la que la música sustituye a las palabras de los jerarcas y en la que es posible ir, poco a poco, lentamente,  como quien es conducido por un arcángel, separándose del suelo hasta alcanzar algo parecido a un cielo. En su garganta es como si habitaran todos los instrumentos posibles de cuerda y, a la vez, un lamento que es capaz de partir el aire en dos y, desde ahí, llegar al corazón de quienes la escuchan. Y así, atravesados todos por la flecha, es fácil dejarse morir y entender, aunque solo sean por unos instantes, que la eternidad solo puede ser la belleza. Resurrección, extraña forma de vida, Ai ai ai. Los gallos de pelea domesticados. Desde que Silvia, como si fuera una especie de luciérnaga que tímidamente iluminaba el escenario, entonó las primeras estrofas de Cinco farolas, hasta que concluyó con la Estrella  de Morente a la que ella le da una vuelta por su frágil cuerpo de mujer pode

EL MANDATO DE LA VIRILIDAD

" Yo sí soy un hombre. Un hombre, tan hombre, que me desma­yo cuando se despiertan los cazadores. Un hombre, tan hombre, que siento un dolor agudo en los dientes cuando alguien quiebra un tallo, por diminuto que sea. Un gigante, tan gigante, que puedo bordar una rosa en la uña de un niño recién nacido ." Federico García Lorca, El público, 1930. Aunque no aparezcan como prioridades en  los programas electorales de los partidos, estoy convencido de que los dos grandes retos del presente siglo tienen  que ver con la superación del orden patriarcal y con la urgencia de frenar el desastre ecológico que estamos sufriendo. Dos objetivos que van de la mano porque ambos tienen que ver con un modelo basado en el paradigma de un sujeto individualista y depredador.  Justamente por ello los dos horizontes dependen en gran medida de la superación de un referente hegemónico de masculinidad que durante siglos, y todavía hoy, nos sigue marcando a los varones cómo debemos ser si quere

CONSENTIMIENTO: LA LEY DEL PATRIARCA

Una de las características que explican la pervivencia del patriarcado a lo largo de los siglos, así como su asombrosa capacidad de adaptación, es el hecho de que, como toda estructura de poder, cuenta con múltiples herramientas que desde diferentes ámbitos actúan como sus brazos ejecutores. El machismo es el sustrato cultural que dota de sustancia al sistema y sobre él, y nutriéndose de él, una larga serie de instrumentos se van encargando de prorrogar las jerarquías que se encargan de dejar muy claro quiénes son los amos y quiénes las subordinadas. El Derecho, por ejemplo, ha sido siempre y continúa siendo una de las herramientas más eficaces de sostenimiento del sistema sexo/género y, sin duda, uno de los ámbitos más contrarios a dejarse penetrar por las propuestas transformadoras del feminismo. El Derecho no solo ampara las estructuras de poder sino que también contribuye a crear las subjetividades, los marcos de relación, además de contribuir a generar una cierta concepción de

8M: EL FUTURO VIOLETA

Escribo estas líneas justo cuando el día 7 está a punto de terminar, después de haber compartido una rica conversación con el alumnado de la Facultad de Psicología de Granada sobre  El hombre que no deberíamos ser,  y con el cosquilleo de quien intuye que la de mañana será una jornada que nunca olvidaremos. Es imposible no sentirse entusiasmado con las miles de imágenes de mujeres – periodistas, académicas, publicistas, limpiadoras, anónimas – que están, como solo ellas saben hacer, tejiendo redes y sumando complicidades para un día que muchas y muchos deseamos que marque un antes y un después. Más allá de los diferentes medidores del éxito de la convocatoria, siempre sesgados y parciales, entiendo que la misma ha sido ya todo un triunfo por varias razones. De una parte, porque ha provocado que el feminismo y sus vindicaciones estén omnipresentes, generen debates públicos y hasta se cuelen en las salas de estar de muchas familias que hasta ahora nunca habían hablado de cuestiones co

LOS HOMBRES Y EL 9 DE MARZO

Mucho se ha debatido en las últimas semanas en torno al papel de los hombres en la huelga feminista del próximo 8 de marzo. Ese ha sido uno de los múltiples ejes de reflexión que ha motivado una convocatoria que, con independencia de cual sea su resultado efectivo, ha sido ya todo un éxito por dos razones. Primera, porque ha situado en el debate público cuestiones que habitualmente no estaban en las portadas y se consideraban en el mejor de los casos temas secundarios y sectoriales. Segunda, porque está ayudando a desvelar el rostro de quienes evidentemente no creen en la igualdad y de quienes, en el mejor de los casos, no hacen sino subirse al carro de lo políticamente correcto. Haber logrado que en estos tiempos tan neoliberales y tan neomachistas se hayan hecho tan visibles las injusticias que continúan sufriendo las mujeres, y que por tanto muchos hombres y mujeres se hayan sentido interpelados por las vindicaciones feministas, es motivo más que suficiente para que de manera ant

LAURA FREIXAS: UNA MUJER (ESCRITORA) SIN MÁSCARAS

“El diario es el único espacio en el que se puede ser sin más ni más, sin andamiaje alguno (ni teórico, ni argumental, ni nada de nada), cogiendo el toro por los cuernos y a la realidad por las solapas, meditar sobre la vida. La literatura también lo hace, aunque de una forma más elaborada; el interés (no exactamente ventaja, sino más bien: la singularidad) del diario es que lo puedes hacer por las buenas”.  Comparto absolutamente esta afirmación de la escritora  Laura Freixas  y me reconozco en esa capacidad que tiene el diario para arrancar lo más crudo de nosotros mismos. Algo que saben bien las mujeres, mucho más que nosotros los hombres. Por ello no me parece casualidad que fuera justamente a través de un Diario, el de Virginia Woolf traducido por ella, como empecé a seguirle la pista a una mujer que, con el tiempo, se iría convirtiendo para mí en una maestra de letras y feminismo. Una de esas mujeres en las que al fin se evidencia que los hombres, o al menos algunos, empezamos