“Estamos en contra de
las cuotas porque es un instrumento que no premia la meritocracia y va en
contra de la igualdad”, Francisco Hervás (secretario de Organización de
Ciudadanos)
Los que llevamos años dedicados al estudio de la igualdad de
género, partiendo del presupuesto que debería ser indiscutible que la misma es
consustancial a un régimen democrático, continuamos asombrándonos ante las
afirmaciones que con relativa frecuencia algunos líderes políticos lanzan en la
esfera pública. Es cierto que deberíamos estar ya “curados de espanto”, pero
continúa resultándonos ciertamente sorprendente lo difícil que es consolidar
presupuestos igualitarios cuando nos referimos a las mujeres y como en seguida
se accionan los resortes patriarcales. Algo que estamos comprobando en estos
tiempos convulsos de mano de los que se presentan como “nuevos” políticos y
que, sin embargo, con muchas de sus actuaciones y compromisos, no hacen sino
reproducir lo que Celia Amorós bautizó como “pactos patriarcales”.
La Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y
hombres, llevó a cabo una “tímida” reforma de la Ley Electoral con el objetivo
de que las candidaturas presentadas a las elecciones mantengan un equilibrio en
su composición, de manera que ningún sexo esté representado en menos del 40%.
El legislador – y la legisladora - optó por una fórmula de “representación equilibrada” que no
afecta al lugar que los candidatos y las candidatas ocupan en las listas. En
consecuencia, y como demuestran los datos de las dos últimas legislaturas, el
resultado final de esta medida no ha sido otro que mantener prácticamente
inamovible el número de parlamentarias. En ningún caso las diputadas han
sobrepasado el 36%, es decir, ni siquiera han llegado al mínimo del 40% que el
legislador usó como límite de lo que entiende como equilibrio de sexos. Los
datos publicados recientemente sobre las candidaturas presentadas para la cita
electoral del próximo 20 de diciembre vuelven a plantearnos unas pésimas
expectativas desde la perspectiva del género: las mujeres solo encabezan una de
cada tres listas. Es decir, solo el 34%
de las candidaturas presentadas en las 52 circunscripciones. Como ejemplos
extremos nos encontramos al PSOE y a Ciudadanos. Mientras que el primero ha
optado por presentar el 50% de mujeres como cabeza de candidatura, además de
alternar en cada una de ellas un hombre /una mujer, en el partido de Rivera
solo una de cada cinco cabezas de lista es mujer. Entre medias, Unidad
Popular-IU solo cuenta con 14 mujeres liderando listas, el PP con 18 y Podemos
con 19.
Estos datos, que sin duda nos
llevarán a un Congreso muy lejano de la paridad, vuelven a ponernos de
manifiesto que las estructuras políticas – muy singularmente los partidos, incluso aquellos que como el PSOE hacen más esfuerzos por la paridad – continúan siendo patriarcales y que son mayoritariamente
los hombres los que además administran quiénes y cómo ejercen el poder. De ahí
por lo tanto la necesitad de usar instrumentos que permitan transformar esa
realidad, esa desigualdad estructural, para que mujeres y hombres podamos estar
en condiciones de igualdad en el ámbito público. Desde este punto de vista, por
lo tanto, mecanismos como las acciones positivas no son, como sostienen los
líderes de Ciudadanos, contrarios a la igualdad,
sino una exigencia de la misma. Algo que por cierto ya dejó claro nuestro Tribunal Constitucional en
una sentencia que Rivera y compañía deberían leerse antes de hacer afirmaciones
tan insostenibles. En la sentencia 12/2008, de 29 de enero, mediante la que se
resolvió el recurso de inconstitucionalidad planteado por el PP contra la
reforma de la Ley Electoral antes
comentada, el máximo intérprete de la Constitución dejó muy claro que “exigir a
quien quiera ejercer una función representativa y de imperio sobre sus
conciudadanos que concurra a las elecciones en un colectivo de composición
equilibrada razón del sexo es garantizar que, sea cual sea su programa
político, compartirá con todos los representantes una representación
integradora de ambos sexos que es irrenunciable para el gobierno de una
sociedad que así, necesariamente, está compuesta”.
Solo desde una visión formalista –
y liberal – de la igualdad, que no es la que mantiene ni nuestra Constitución,
ni el TC, ni tampoco órganos internacionales como el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos, podrían defenderse posiciones contrarias a los mecanismos que todavía
hoy siguen necesarios para que en el ejercicio del poder participen por igual
mujeres y hombres. Las acciones positivas garantizan que ambos estén, con
independencia de los méritos y las capacidades, como de hecho históricamente
los hombres han estado ocupando el poder con una cuota del 100% y no siempre
necesariamente respondiendo a méritos y capacidades relevantes. Como subraya la
sentencia comentada, “la igualdad sustantiva no solo facilita la participación
efectiva de todos en los asuntos públicos, sino que es un elemento definidor de
la ciudadanía”. Por lo tanto, insisto, no es que las “cuotas” y otros
instrumentos de acción positiva sean contrarios a la igualdad, es que son una
herramienta para conseguir que el ejercicio de la ciudadanía sea efectivamente
democrático, en tanto que contribuyen a remover, como ordena el art. 9.2 CE, los obstáculos que históricamente y aún en la actualidad siguen poniéndoselo más difícil a las mujeres. Algo que tanto le cuesta entender a unos hombres que se resisten a
perder privilegios y que parecen olvidar que nos dividimos en un 49,1% de
hombres y un 50,9% de mujeres. Y que por tanto “algo” sigue funcionado de mala manera si las
instituciones que nos representan continúan inclinando mayoritariamente la balanza
del lado del que siempre tuvo el poder. Ese que, por cierto, aparece de nuevo como paradigma de lo universal en el nombre de un partido que vuelve a hacerlas a ellas, las ciudadanas, invisibles.
Publicado en The Huffington Post, 25 de noviembre de 2015:
http://www.huffingtonpost.es/octavio-salazar/ciudadanos-las-cuotas-son_b_8640302.html?utm_hp_ref=spain
Publicado en The Huffington Post, 25 de noviembre de 2015:
http://www.huffingtonpost.es/octavio-salazar/ciudadanos-las-cuotas-son_b_8640302.html?utm_hp_ref=spain
Las mujeres representan ya el 62,5% de los miembros de la Carrera Judicial de menos de 51 años
ResponderEliminarhttp://www.poderjudicial.es/cgpj/es/Poder-Judicial/En-Portada/Las-mujeres-representan-ya-el-62-5--de-los-miembros-de-la-Carrera-Judicial-de-menos-de-51-anos
Ahora qué? Echamos a unas cuantas jueces conpetentes y ponemos a los que obtuvieron peor resultado que ellas en las oposiciones?
Parece que el problema está em la realidad, la lógica binaria es capaz de alcanzar los más profundos rincones que la ciencia se atreve a explorar, solo hay que enganchar en el sentido común la sonda lógica, encender la curiosidad y el deseo de buscar la verdad, y listo un mundo inexplorado se acerca rapidamente, ¿Por qué la realidad es comprensible con la lógica del sentido común? es un misterio para los filósofos, yo ni siquiera entiendo porqué es un misterio, mi razón me dice que es imposible de que no sea así.
ResponderEliminarReconocer la realidad debería contarse entre las virtudes, salvando el aspecto de la realidad humana que las realidades más lejanas en el tiempo o en el espacio influyen menos que las más cercanas, y la más cercana de todas es nuestra propia naturaleza, y su creador. En el nombre del sentido común, no despreciar la lógica binaria, ni argumentar con falacias contra ella, ni contra la verdad por ningún motivo.