El obispo cordobés ha llegado a la conclusión, y así lo ha hecho saber en uno de sus últimos sermones, de que la UNESCO tiene un plan para en unos años conseguir que la mitad de la población sea homosexual. Un fin que, por cierto, lleva siglos cumpliéndose en seminarios y demás espacios regidos por los que se consideran representantes de Dios en la Tierra.
Esta maravillosa revelación, que suma y sigue en la sarta de posiciones reaccionarias que hacen de la jerarquía católica en general y de nuestro obispo en particular una amenaza para la igualdad y las libertades, es decir, para la democracia, debería contribuir a que todos y todas nos hiciéramos radicalmente laicistas y a que, con orgullo, encabezáramos todas las manifestaciones que siguen reclamando el derecho al libre desarrollo de la afectividad y la sexualidad. Todo ello sin olvidar que los poderes públicos deberían dejar de subvencionar y apoyar a instancias tan homófobas, es decir, tan antidemocráticas.
En todo caso, no estaría del todo mal que las instancias educativas, incluida la UNESCO, hicieran mucho mayor esfuerzo del que hacen en ayudar a una socialización en los valores de igualdad y en el respeto a las diferencias. Unos valores que, me temo, están asumidos "de boquilla" pero no interiorizados en una sociedad que sigue siendo terriblemente patriarcal. Porque lo más terrible de las declaraciones del obispo no es simplemente el mensaje que transmiten sino que haya todavía miles de personas que le digan amén.
Los que a estas alturas de la vida hemos descubierto y asumido que la diversidad de la carne y los afectos es una de las bellezas que nos permite nuestra limitada existencia simplemente deberíamos contestarle al obispo haciendo lo que hacen los dos chicos de la foto. Concentrándonos en el patio de los naranjos y besándonos, lengua incluida, como si en esos besos selláramos el fin del mundo.
Un mensaje de amor y empatía que, sin duda, deberían apoyar la UNESCO y todas las instancias, nacionales e internacionales, que tienen por bandera la dignidad del ser humano.
Una apuesta de gozosa libertad e igualdad diferenciada que la Córdoba "de los discretos" debería asumir como lema de la capitalidad europea. Ésa sí que sería una ruptura radical con la ciudad que genera con tanta facilidad monstruos, en los púlpitos laicos y eclesiásticos. Y así, en lugar de "el futuro tiene raíces", convertir en lema del 2016 : EL FUTURO ES GAY.
Pues no se si será cierto que el futuro será gay o no, no se si eso es bueno o no, pero lo cierto es que está costando sangre, sudor y lágrimas, por utilizar una frase más que hecha, conseguir vivir en libertad e igualdad, seamos gays, heteros o como nos de la real gana ser.
ResponderEliminarEl furuto debería ser libre, social, seguro, responsable, solidario... Será tan difícil que nos dejen vivir en paz, si señalarnos con el dedo, sin mirarnos unos a otros de una manera torcida y acusadora. Sin acusar de enfermos a los que no son como nosotros?
FIAT
ResponderEliminarMe gustaría puntualizar una cuestión que me suscita tu artículo. Una cuestión que rebela un rebelde espíritu interior. Un espíritu indignado y desilusionado al ver que estamos más atrasados de lo que parece, y eso que lo que parece, de por si, no es alentador.
ResponderEliminarLa Iglesia que tu dices está subvencionada, cono lo que subvencionar una institución que no respete la dignidad humana significa. Sin olvidar que fue el pensamiento eclesiástico (Santo Tomás entre otros) el que puso en valor la interpretación de los derechos humanos en función de la dignidad de la persona, lo que nos hace iguales y por tanto extiende todos los derechos a todos. Esa Iglesia está subvencionada, es privilegiada, y todo, legalmente.
La cuestión a que me refiero ya ha sido contestada por una profesora de 'Derecho y Libertad Religiosa' negativamente. ¿Son los Acuerdos con la Santa Sede anticonstitucionales?
Me gustaría que las personas que más saben del tema dieran píldoras de su conocimiento y pensamiento. El mío, escaso, dice que sí. Sí porque a pesar de ser auspiciado por la propia Constitución no respeta los valores fundamentales y en algunos casos incluso ofende los derechos fundamentales, tal es este caso y por ejemplo también el de las clausulas que les imponen a los profesores de religión.
Así espero alguna experta respuesta. Gracias.
Yo estoy de acuerdo contigo Rafael. Estimo que esos Acuerdos son inconstitucionales porque chocan con principios de nuestra CE, básicamente con los de igualdad y pluralismo.
ResponderEliminarEl problema es que dónde están los políticos y las políticas con la valentía suficiente para denunciarlos... Con la Iglesia hemos topao...