Ir al contenido principal

SERÍA MÁS FÁCIL SI HUBIERA ALGUIEN

Para el chico que sueña con piscinas olímpicas.


Bang, bang
Dispárame, mátame, como cuando jugábamos de niños
No lo olvidaré jamás
Necesítame, abrígame, mírame
Tu cabeza de arcángel en mi almohada

Huelo tu jersey de cachemira
tu camiseta sudada acaricia mis pezones
Bang, bang
dispara mi piel un interrogante
y nadan en imaginarias playas mis calzoncillos.


My fair lady
mi querido ángel que mira como un demonio
¿quién te ha dicho que yo era gay?
Audrey Hepburn en una taza de café
James Dean en la peluquería.

Every breath you take
el otoño que aún parece lejos
cómo decirte que te necesitaré
cuando me pierda en el bosque.

Hoy podría llamarme Francis
y hacer el amor en azul
imaginarte en el trampolín
y soñar con que te llamas Nicolás.

Una suite de Bach y unos muebles desordenados,
el microondas por desembalar
Elegantemente libre
dos brazos que bailan un tango.
Sofá.

"Me gusta estar contigo
Me siento bien, 
me gusta estar contigo.
Imagina que tenemos un amigo
y conoce a un tipo.
Conoce a un tipo amable,
divertido, encantador, 
guapo, por supuesto.
Es inteligente.
Es educado.
Sin prejuicios.
Tanto que dices:
¡Es tan abierto!
Te cautiva.
Eso te seduce, te cautiva.
Te emociona. Es tierno y divertido.
Digamos que conoces a este tipo,
¿qué haces?
Te quiero.
Quiero besarte.
No sé por qué te digo esto.
No es solo eso,
es el final del otoño.
Tendré que empezar a calentar esto
Y sería más fácil
si hubiera alguien.
Es más fácil si hubiera alguien.
Tampoco te he hablado de mis marcas
Robison Crusoe
Pongo una marca cuando alguien me dice
"No, gracias.
Pero no estoy interesado.
Cualquier cosa que pase
añado otra marca.
Pero ahora estoy cansado.
Me ayudan a cortar por lo sano.
¿Me entiendes?
Así que
¿Tú?
Háblame..."

Comentarios

Entradas populares de este blog

YO, LA PEOR DEL MUNDO

"Aquí arriba se ha de anotar el día de mi muerte, mes y año. Suplico, por amor de Dios y de su Purísima Madre, a mis amadas hermanas las religiosas que son y en lo adelante fuesen, me encomienden a Dios, que he sido y soy la peor que ha habido. A todas pido perdón por amor de Dios y de su Madre. Yo, la peor del mundo: Juana Inés de la Cruz". Mi interés por Juana Inés de la Cruz se despertó el 28 de agosto de 2004 cuando en el Museo Nacional de Colombia, en la ciudad de Bogotá, me deslumbró una exposición titulada "Monjas coronadas" en la que se narraba la vida  y costumbres de los conventos durante la época colonial. He seguido su rastro durante años hasta que al fin durante varias semanas he descubierto las miles de piezas de su puzzle en Las trampas de la fe de Octavio Paz. Una afirmación de éste, casi al final del libro, resume a la perfección el principal dilema que sufrió la escritora y pensadora del XVII: " Sor Juana había convertido la inferioridad

EL ÁNGEL DE AURORA Y ELENA

  El dolor siempre pasa por el cuerpo. Y la tristeza. También el goce, los placeres, la humillación. Somos cuerpo atravesado por las emociones. Los huesos y la piel expresan los quiebros que nos da la vida. Esta acaba siendo una sucesión de heridas, imperceptibles a veces, que nos dan nombre. Algunas supuran por los siglos de los siglos. Otras, por el contrario, cicatrizan y nos dejan tatuados. Las heridas del amor, de los placeres, de los esfuerzos y de las pérdidas. Estas últimas son las que más nos restan. Como si un bisturí puñetero nos arrancara centímetros de piel.   Sin anestesia. Con la desnudez propia del recién nacido. Con la ligereza apenas perceptible del que se va. No puedo imaginar una herida más grande que la provocada por la muerte de un hijo apenas recién iniciado su vuelo. Por más que el tiempo, y las terapias, y   las drogas, y los soles de verano, hagan su tarea de recomposición. Después de una tragedia tan inmensa, mucho más cuando ha sido el fruto de los caprich

CARTA A MI HIJO EN SU 15 CUMPLEAÑOS

  De aquel día frío de noviembre recuerdo sobre todo las hojas amarillentas del gran árbol que daba justo a la ventana en la que por primera vez vi el sol  reflejándose en tus ojos muy abiertos.   Siempre que paseo por allí miro hacia arriba y siento que justo en ese lugar, con esos colores de otoño, empezamos a escribir el guión que tú y yo seguimos empeñados en ver convertido en una gran película. Nunca nadie me advirtió de la dificultad de la aventura, ni por supuesto nadie me regaló un manual de instrucciones. Tuve que ir equivocándome una y otra vez, desde el primer biberón a la pequeña regañina por los deberes mal hechos, desde mi torpeza al peinar tu flequillo a mis dudas cuando no me reconozco como padre autoritario. Desde aquel 27 de noviembre, que siento tan cerca como el olor que desde aquel día impregnó toda nuestra casa, no he dejado de aprender, de escribir borradores y de romperlos luego en mil pedazos, de empezar de cero cada vez que la vida nos ponía frente a un n