Ir al contenido principal

EL SENADOR Y LA CATEDRAL

LAS FRONTERAS INDECISAS
Diario Córdoba, 17-3-2014

A algunos de los que hemos sido votantes socialistas, hace mucho tiempo que no solo nos sorprende sino que también nos duele el pozo sin fondo en el que parece hundirse cada vez más el PSOE cordobés. Ello, además, en un momento en el que sería más necesaria que nunca una alternativa ilusionante, capaz de poner freno al neoliberalismo avasallador y a la lógica reaccionaria que se ha instalado en nuestras instituciones. En el contexto general de un partido que no logra liberarse de lastres pasados y que continúa sin encontrar el rumbo perdido, la organización en Córdoba hace esfuerzos día tras día por hacer más hondo el pozo y por alejarse de una ciudadanía que contempla a sus dirigentes entre el asombro y la indignación.
Solo desde el asombro, y la consiguiente indignación, es posible explicar la abstención del grupo socialista en la votación que hace unos días tuvo lugar en nuestro Ayuntamiento en torno a la titularidad de la Mezquita. Incluso contradiciendo las declaraciones de Susana Díaz, así como la de otros representantes socialistas cordobeses, los concejales no quisieron posicionarse y se dejaron llevar por la lógica cobarde del que en vez de los principios se guía por la conveniencia. Un posicionamiento difícil de entender por todos los que entendemos que la izquierda debería tener un compromiso militante con la laicidad del Estado y que debería dejar de ser de una vez por todas la cómplice de la confesionalidad encubierta que sigue dándole alas a la Iglesia Católica. Sería interesante que el grupo municipal socialista nos explicara a los miles de cordobeses y no cordobeses que apoyamos la titularidad pública del edificio las razones que les han llevado a escurrir el bulto. O al menos, y aunque sean complicados de entender, los motivos electoralistas o de oportunidad política que justifican esa cobardía, la cual no ha sido más que un paso más en la suma de despropósitos con los que el partido parece empeñado en convertirse en una fuerza marginal en nuestra ciudad.
Aunque a estas alturas deberíamos estar curados de espanto, y de manera prácticamente paralela a la vergonzosa actuación municipal en torno al debate sobre la Mezquita Catedral, no ha dejado de sorprendernos también a algunos que como premio al fracaso electoral y al progresivo deterioro del partido en Córdoba su principal líder haya sido elevado al limbo del Senado. Una demostración más de la urgencia con la que deberíamos prescindir de una segunda cámara convertida en inútil cementerio de elefantes pagado con nuestros impuestos. Al tiempo que constatamos por enésima vez que mientras que la política siga entendiéndose como una profesión y no como un servicio público, solo podremos disfrutar de un simulacro de democracia.
El "vasto" currículo profesional del flamante nuevo senador, unido a su "exitosa" trayectoria como gestor de un partido del que han ido huyendo todos los que no comulgaban con su liderazgo, son la prueba más evidente de qué cotiza más entre los lodos de la partidocracia que sufrimos. Un argumento más que debería arañar como mínimo nuestro corazón de mujeres y hombres convencidos de que la democracia no es solo un conjunto de reglas sino también una ética y hasta un modo de vida. Una manera de organizar el ejercicio del poder teniendo como referente el interés común y no los intereses egoístas de los que se suben al carro de la política porque tal vez no estarían capacitados para manejar otros carros. Frente a estos individuos que tanto mal están haciendo a la salud del sistema, los ciudadanos no solo tenemos el arma poderosísima de los votos sino también la posibilidad de alzar nuestra voz pública frente a tanto desatino. Porque de este desastre no solo son responsables los sujetos activos del mismo sino también todos los que se callan y otorgan, sembrando la duda de que tal vez también ellos forman parte del mismo círculo vergonzoso de intereses.

Comentarios

Entradas populares de este blog

YO, LA PEOR DEL MUNDO

"Aquí arriba se ha de anotar el día de mi muerte, mes y año. Suplico, por amor de Dios y de su Purísima Madre, a mis amadas hermanas las religiosas que son y en lo adelante fuesen, me encomienden a Dios, que he sido y soy la peor que ha habido. A todas pido perdón por amor de Dios y de su Madre. Yo, la peor del mundo: Juana Inés de la Cruz". Mi interés por Juana Inés de la Cruz se despertó el 28 de agosto de 2004 cuando en el Museo Nacional de Colombia, en la ciudad de Bogotá, me deslumbró una exposición titulada "Monjas coronadas" en la que se narraba la vida  y costumbres de los conventos durante la época colonial. He seguido su rastro durante años hasta que al fin durante varias semanas he descubierto las miles de piezas de su puzzle en Las trampas de la fe de Octavio Paz. Una afirmación de éste, casi al final del libro, resume a la perfección el principal dilema que sufrió la escritora y pensadora del XVII: " Sor Juana había convertido la inferioridad

EL ÁNGEL DE AURORA Y ELENA

  El dolor siempre pasa por el cuerpo. Y la tristeza. También el goce, los placeres, la humillación. Somos cuerpo atravesado por las emociones. Los huesos y la piel expresan los quiebros que nos da la vida. Esta acaba siendo una sucesión de heridas, imperceptibles a veces, que nos dan nombre. Algunas supuran por los siglos de los siglos. Otras, por el contrario, cicatrizan y nos dejan tatuados. Las heridas del amor, de los placeres, de los esfuerzos y de las pérdidas. Estas últimas son las que más nos restan. Como si un bisturí puñetero nos arrancara centímetros de piel.   Sin anestesia. Con la desnudez propia del recién nacido. Con la ligereza apenas perceptible del que se va. No puedo imaginar una herida más grande que la provocada por la muerte de un hijo apenas recién iniciado su vuelo. Por más que el tiempo, y las terapias, y   las drogas, y los soles de verano, hagan su tarea de recomposición. Después de una tragedia tan inmensa, mucho más cuando ha sido el fruto de los caprich

CARTA A MI HIJO EN SU 15 CUMPLEAÑOS

  De aquel día frío de noviembre recuerdo sobre todo las hojas amarillentas del gran árbol que daba justo a la ventana en la que por primera vez vi el sol  reflejándose en tus ojos muy abiertos.   Siempre que paseo por allí miro hacia arriba y siento que justo en ese lugar, con esos colores de otoño, empezamos a escribir el guión que tú y yo seguimos empeñados en ver convertido en una gran película. Nunca nadie me advirtió de la dificultad de la aventura, ni por supuesto nadie me regaló un manual de instrucciones. Tuve que ir equivocándome una y otra vez, desde el primer biberón a la pequeña regañina por los deberes mal hechos, desde mi torpeza al peinar tu flequillo a mis dudas cuando no me reconozco como padre autoritario. Desde aquel 27 de noviembre, que siento tan cerca como el olor que desde aquel día impregnó toda nuestra casa, no he dejado de aprender, de escribir borradores y de romperlos luego en mil pedazos, de empezar de cero cada vez que la vida nos ponía frente a un n