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CONFÍA EN MÍ: La adolescencia como fragilidad

 

 


A estas alturas sigue resultando complicado encontrar productos audiovisuales que nos ofrezcan una imagen real, diversa y compleja de la adolescencia. Abundan las producciones cargadas de estereotipos, cómplices de la cultura pornificada y  pensadas para generar un impacto inmediato, y por tanto olvidable, en las redes sociales. Por ello resulta tan de agradecer encontrarte con una serie aparentemente pequeña, de esas que apenas han sido publicitadas y donde nos encontramos con un retrato de chicos y chicas que están justo en esa edad en la que toda la vida es un interrogante. Mucho más en un momento tan complejo como el que les ha tocado vivir, en el que las expectativas de futuro son tan limitadas y en el que les estamos llenado la cabeza de mensajes contradictorios. Un tiempo de empoderamiento feminista pero también de sexualización de los cuerpos, unos años de conquista de derechos pero también de mal entendida libertad. En fin, una época cargada de incertidumbres y en la que nos damos cuenta de que ya no nos sirven muchas de las categorías con las que construimos lo que identificamos con la civilización occidental, y en la que las pantallas están dando lugar a nuevos procesos de creación de las identidades.

La serie Tell me everything, titulada en español Confía en mí, y que podemos ver en HBO, tiene como principal protagonista a Jonny,  un chico de 16 años que vive en un estado de depresión y ansiedad que se niega a reconocer. Un acontecimiento personal hará que esa pérdida de sentido se multiplique y lo veamos perdido, sin fuerzas para nadar contra corriente, sintiéndose derrotado ante una vida que le queda demasiado grande. En un momento en el que se nos avisa de cómo los problemas de salud mental están creciendo entre los más jóvenes, es de agradecer que una serie ponga en foco en esta realidad y lo haga además sin dramas ni sentimentalismos, sino con mucha verdad. Con una inmensa ternura hacia los personajes que retrata.

Aunque el centro de la trama es Jonny, interpretado por un Eden H. Davies que le da cuerpo y alma, intensidad y atractivo, junto a él vemos un grupo de chicos y chicas que, de distinta manera, y con distintos factores personales y sociales que les atraviesan, andan un tanto a la deriva. Desde Mei (Callina Liang), la chica que arrastra una turbulenta historia familiar y que también está sufriendo y luchando, a Neve (Lauryn Ajufo), que por el color de su piel es consciente de que tendrá que esforzarse el doble por encontrar su lugar en el mundo. Tell me everything nos muestra toda una galería de personas y situaciones que nos hablan de la diversidad de nuestro mundo, de cómo la familia ha abandonado el singular y anda tratando de darle forma a un plural posible,  de cómo los amores y las identidades han desbordado el binarismo, de cómo seguimos sin resolver adecuadamente necesidades básicas como el cuidado o de cómo la educación sigue sin dar respuestas adecuadas a los vacíos de unas generaciones para las que tal vez lo más importante no sea aprender a leer y escribir.

Y también esta serie británica, que ojalá tenga continuidad en una segunda temporada, mira el machismo que se perpetúa, la violencia que sufren las chicas y cómo los varones jóvenes siguen reproduciendo una expectativas de género que les convierten en esclavos de la virilidad. En este sentido, el personaje de Louis (Spike Fearn) es uno de los más interesantes ya que nos ofrece un perfecto retrato de esa camisa de fuerzas que representa la masculinidad. Louis es un chico que no responde al patrón del machote, al que vemos desubicado y acomplejado porque nunca ha tenido relaciones sexuales con una chica y que comete el gran error de dejarse mal educar por el porno y poner en práctica todo lo que ha aprendido en la pantalla. Un joven al que su padre educa para convertirlo en un hombre de verdad, y al que él se ve obligado a no decepcionar,  y que descubrirá que lo mismo sus deseos sexuales no eran tan firmes como pensaba. Louis es un magnífico ejemplo que nos podría servir para trabajar con los chicos jóvenes la necesidad de desmontar la masculinidad, de liberarnos de esa jaula y de no tenerle miedo a nuestra fragilidad.

Por todas estas razones, y por lo bien rodada y contada que está, Tell me everything es una de esas series que nadie se debería perder, y que estaría muy bien que vieran padres y  madres, también los y las docentes. Y que a partir de ese visionado abriéramos una conversación con nuestros hijos e hijas, con nuestro alumnado. Para así juntos pensar despacio cómo hacer para generar unas vidas más sostenibles, felices y luminosas. En las que, como nos muestran los chicos y las chicas de la serie, son más necesarias que nunca las comunidades de afecto. Y la confianza en el otro y en la otra que es un cuerpo atravesado por la duda, las preguntas y a veces la ansiedad.

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