Tal vez no haya un actor español que encarne mejor la confusión, la fragilidad y la crisis que están viviendo muchos hombres de mediana edad que David Verdaguer. No había por tanto nadie mejor que él para protagonizar la última película de otro David, Trueba , que por primera vez adapta una de sus novelas al cine. Siempre es invierno , que comienza con los mimbres clásicos de una película romántica y a la que le cuesta despegar de ese terreno pegajoso, es, entre otras cosas, un retrato, no sé si consciente o no por parte de su creador, de un mundo, el masculino, que se ha desordenado para bien de las mujeres y en el que a nosotros, ahora, tanto nos cuesta ubicarnos. Entre otras cosas, porque están dejando de servirnos aprendizajes que heredamos y no hemos desarrollado las habilidades necesarias para relacionarnos en un siglo en el que, además, todo parece haberse vuelto más gaseoso que líquido. El protagonista de la película, Miguel, es un...
Cuaderno de bitácora de Octavio Salazar Benítez