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Mostrando entradas de 2025

MI AMIGA EVA. Deshacerse a los 50.

Dice Cesc Gay que ya estaba harto de que los hombres fueran el centro de sus películas. Él es, sin duda, uno de los directores que mejor ha retratado los momentos críticos que atravesamos los tíos en unas décadas en las que las mujeres han ido conquistando autonomía y, poco a poco, han ido desmontando roles de género y expectativas en las que todas y todos habíamos sido socializados. Su película  Una pistola en cada mano  (2012) sigue siendo hoy en día una de las radiografías más inteligentes de la desubicación de los varones en una época donde tantos, por cierto, se sienten agraviados y resentidos. Con la ayuda impagable de Eduard Solá, el guionista de moda, se ha desmarcado de esa línea tan presente en su filmografía y ha puesto el foco en una mujer que, a punto de cumplir los 50, se replantea su vida. Decía el director esta semana en el coloquio que siguió al preestreno que tenía a su alrededor varias mujeres que justamente estaban en ese momento vital y que eso fue de algu...

LECHE CRUDA. Gramática de la horizontalidad.

  “cuando quiero mostrar mi amor, se me cae el lenguaje”   Hay libros que son como cuerpos y que, por tanto, se nos ofrecen para que los abracemos, los acariciemos y rastreemos lo que de nosotros hay en ellos. Como si fueran un mapa abierto de par en par por el que recorrer itinerarios que son espejo y ventana. Cuerpos también dispuestos a ser engullidos, en el sentido más bello del verbo, como quien saborea una fruta dejando que su zumo se derrame más allá de los labios. El mismo Angelo Néstore  confiesa que su primera novela es un cuerpo-libro dispuesto para que sus lectoras, como gusanos ávidos y curiosos, lo devoremos. En una suerte de gestación multiplicadora de árboles e historias. Fertilizadores del mundo. A lo Haraway. Casi una invitación a bailar,  yo quiero verte danzar,  como la única eternidad posible para unos seres que envejecen.    Leche cruda , que es un título que remite al útero y a los cuidados, a lo animal y a la piel desnuda, ...

TRISTES HOMBRES ADOLESCENTES

  A punto de comenzar un nuevo curso, vuelvo a sentir las inevitables mariposas en el estómago que se repiten cada año, por más que lleve varias décadas dedicado a la docencia. Aunque mi alumnado es mayor de edad, detecto en ellos y en ellas una adolescencia que se alarga, aunque también supongo que mi edad, cada curso más avanzada, me haga verlos casi como menores. No obstante, lo que más descubro en los últimos años, es un estado de ánimo negativo, como si les hubieran cortado las alas y     cegado las expectativas. Me preocupan los rostros que distingo entre tristes y pasotas, a veces cercanos a la ira, otras simplemente expresión de un aburrimiento que va más allá de lo que estamos haciendo en el aula. De esta manera se frustra mi anhelo de tener cada septiembre la edad de quienes se sientan en el aula.   Junto a estas actitudes, he empezado a comprobar también que hay en buena parte de ellas, pero sobre todo de ellos, una posición reactiva frente al feminismo y ...

ROMERÍA. La memoria mágica

  A veces he pensado que si me gusta tanto el cine es porque soy de esas personas que no tienen clara la diferencia entre la realidad y la ficción. Soy de esos tipos raros que las entremezclan continuamente, no sé si como estrategia de supervivencia o como única posibilidad que tengo, tan ateo, de vivir una suerte de eternidad en el presente. Con frecuencia me descubro reconstruyendo un pasado del que no llegué a ser testigo o del que, aun siéndolo, me faltan páginas del guion. Invento y reinvento la parte de mi familia que me silenciaron y a veces hasta imagino navidades que no existieron o celebraciones alrededor de una gran mesa en la que yo siempre me sentaba intentando que no se me viera. Hay cineastas que han hecho justamente de la memoria, de su memoria, el armazón de su obra y el aliento que recorre unos relatos en los que, sin pudor, se nos abren para que nos miremos como si de un espejo se tratase en sus vísceras. Carla Simón es una de ellas. Así lo demostró con sus dos p...

PASIÓN Y DESEO: Lo "mari" como lectura queer del folclore andaluz

  En un momento en el que todo el mundo parece ser experto en teoría   queer , y en el que en determinados contextos este término se ha convertido en una especie de apelación al diablo, la lectura de un libro como   Pasión y deseo , recién publicado de manera primorosa por Dos Bigotes,     me ha ofrecido muchas claves para dislocar geopolíticamente el término y para ubicarlo, con toda su fluidez, en la matria donde crecí y en la que vivo.   Cantares, cuerpos y resiliencias en el folclore andaluz   es su subtítulo, el cual, pese a su contundencia, se queda corto en la tarea de resumir todo lo que encierra un libro que es como un torrente. O, mejor, como una larguísima bata de cola de la que parecen brotar ramas y ramas en las que las hojas nos hablan de memorias e identidades. Un malagueño jovencísimo, Roy del Postigo, graduado en Historia del Arte y especialista en arte contemporáneo y cultura visual, nos zarandea con esa cola verde y blanca que es cas...

LA VIDA MÁS ALLÁ DEL RECONOCIMIENTO

Todas y todos estamos hechos de un tejido relacional que, a lo largo de los años, va configurando nuestra subjetividad. En concreto los hombres, socializados siempre para ser protagonistas en el espacio público y alcanzar un estatus que es el que da sentido a nuestra existencia, hemos tendido a descuidar los vínculos. Es decir, hemos entendido que esas redes – afectivas, de cuidados, de aprendizaje – formaban parte del espacio y del tiempo de las mujeres, mientras que para nosotros lo esencial era movernos con soltura, y competitividad, en un mundo en el que teníamos que responder fielmente a las expectativas de género. Es decir, a todos los objetivos que en nuestro caso han estado ligados al  reconocimiento social, el éxito profesional y la demostración de una virilidad siempre sometida a examen por parte de nuestros iguales. En este contexto es fácil deducir que las relaciones se han convertido con frecuencia en prácticas serviles y acomodaticias. La sociabilidad, en definitiva, ...

DIAMANTI. El vaginódromo de Ozpetek

  Hay directores de cine y de teatro que usan a las mujeres como si fueran muñecas a las que ponen y quitan vestidos espectaculares, a las que convierten en heroínas de historias de amor y desamor, a las que transforman en divas bellísimas e intensas, a las que fotografían con tonos que subrayan sus rasgos, a las que les ofrecen monólogos con frases brillantes, a las que, en definitiva, usan como objeto de unas fantasías que tal vez tenga que ver con unas infancias en que ellos se vieron obligados a renunciar a la feminidad. Son como los vestidores de vírgenes de nuestra Semana Santa que, a mi parecer, confunden a la Macarena con una especie de Nancy a la que ir cambiándole el modelito según la temporada. Es el caso de muchos “genios” homosexuales que incluso han tenido y tienen actrices fetiche con las que juegan como si el plató o el escenario fuera una gigantesca “casa de muñecas”. Así lo podemos comprobar en buena parte del cine de Pedro Almódovar, en los montajes teatrales de ...

EL DIARIO DE MI MADRE

  Mi madre cada vez se acuesta más temprano. No es que nunca fuera de mucho trasnochar, pero es que, en los últimos años, como ya ni siquiera le interesa lo que ponen por la tele, se mete en la cama cuando todavía entra por la ventana algo de luz. Ello no quiere decir que se ponga a dormir, ni mucho menos. Su cama se convierte en una especie de laboratorio en el que ella, justo en ese momento del día, recupera no solo un espacio sino también un tiempo del que se siente dueña absoluta. Ahora que lo pienso, tal vez la pasión de mi madre por los libros tenga que ver con esa necesidad de encontrarse consigo misma, de tener al menos unas horas al día no dedicadas a los demás. Ella siempre vivió en ese trapecio: cuando estaba embarazada de mí, me cuenta, no dejaba de leer libros en la cocina, mientras preparaba el guiso del día, uno de esos de cuchara que solo con él tiempo he llegado a apreciar de verdad. Como nunca tuvo atril, colocaba el libro que estaba leyendo, y que solía ser volum...

POLITIZAR EL ORGULLO

Expectantes ante el pronunciamiento de nuestro Tribunal Constitucional sobre el recurso planteado contra la Ley 4/2023, de 28 de febrero, para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, y alarmados ante la regresión que en materia de derechos de estos colectivos se está viviendo incluso dentro de la misma Europa, llegamos a un 28 de junio en el que más que nunca necesitamos recuperar su razón vindicativa. Ante un panorama desolador en el que muchos gobiernos autonómicos y locales han desactivado la potencia política del Orgullo, en algunos casos con la complicidad de un sector del movimiento que parece vivir feliz con las lógicas elitistas y asimilacionistas del mercado, urge recuperar el sentido emancipatorio que ha de tener una fecha que lamentablemente está siendo manipulada por quienes ven en ella un pretexto perfecto para el negocio y para el acomodo a unas dinámicas identitarias que poco o nada tienen de emancipator...

CHARO EN CINECITTÀ

  "Pero yo tengo esa manera de ser, quiero demasiado, mando demasiado, amo demasiado algo que no alcanzo, y cuando no lo alcanzo, intento desesperadamente transformar lo que existe de modo que el objeto defectuoso se aproxime a la realidad inalcanzable" Lidia Jorge, Misericordia Odio el verano. Cada año que pasa un poquito más que el anterior. Desde que descubrí que Mina cantaba esa título lo convertí en parte de mi banda sonora.   Odio l`estate . A Charo tampoco le gustaba el verano. Cuando empezaba el sol a arder se recluía en su casa, con el aire acondicionado, con sus libros y sus músicas: “a mí ya no me veis hasta septiembre u octubre”. Este año apenas si le ha dado tiempo a quejarse del calor. En pleno solsticio ha decidido dejar este mundo cada vez más de locos, con Trump de machote guerrero y los puteros de siempre haciendo lo de toda la vida,     y ya supongo que anda haciendo uno de esos viajes que a ella tanto le gustaban. A los que seguimos aquí, y que ta...