Ir al contenido principal

EL GUSTO ES NUESTRO

En este país, en el que con tanta frecuencia tenemos una corta memoria y en el que somos incapaces de reconocer con generosidad el triunfo ajeno, se producen a veces milagros que demuestran que las cosas, cuando se hacen de verdad, traspasan tiempos y corazones. Los tres caballeros y la dama que el sábado volvieron a llenar el antiguo Palacio de Deportes de Madrid son el mejor ejemplo de cómo esos milagros existen y de cómo la música es el arte con más capacidad para hilvanar la memoria individual con la colectiva. Ana Belén, Víctor Manuel, Serrat y Miguel Ríos llevan décadas, para regocijo de muchos y envidia de unos cuantos, poniéndolo voz a las emociones, a los pesares, a lo sueños y a los amores de quienes los consideramos parte de nuestras vidas. Con un esfuerzo más que demostrado y con una honestidad que solo se atreven a discutir los envidiosos, han ido tejiendo en varias generaciones un relato para la libertad. De ahí que no debiera sorprendernos que a estas alturas, cuando ya sobrepasan la edad de la  jubilación, sean capaces de levantar los ánimos de miles de personas y de crear una magia que solo está al alcance de los más grandes. 

En estos días, 20 años después, se han vuelto a reunir como lo hacen los colegas de siempre, para disfrute de ellos pero sobre todo de los que tengan la suerte de participar en la fiesta. En unos momentos de tantos miedos e inseguridades, de crisis varias, la celebración de estos cuatro es como una medicina que nos invita a traspasar el zaguán de sus estribillos y a volver a hacernos cómplices de los versos que nunca nos han abandonado.

Todos los que tuvimos la suerte de sorprender una vez más que la piel se nos ponía de gallina con el "Asturias" del republicano/egabrense Pedro Garfias, con los locos bajitos de Serrat, con el compromiso político-rockero de Mike Ríos o con la sensualidad que solo puede permitirse una señora de rojo como Ana Belén, nos sentimos parte privilegiada de este país que es capaz de lo peor pero también de lo mejor. Que, pese a todo, continúa alimentando arte y belleza, compromiso y sensibilidad, buen hacer y alegría. Hartos como estamos de políticos que ya no nos seducen, y agobiados en un mundo de fronteras y náufragos, escuchar a estos tres mosqueteros y a la reina republicana de España es como hallar un pasadizo secreto hacia la utopía. Liados todos por un nudo de dos lazos que es capaz de transmitirnos, sin ahogar, el calor necesario para que sintamos que hoy, también hoy, puede ser un gran día.

El pasado sábado en Madrid mi corazón tricolor y mis ojos de niño inquieto volvieron a latir a velocidades inauditas. Mi vida, una vida entera, que es también la de mi compañero, o la  de mis tíos que nos acompañaban, estaba en el escenario. Contaminada por poetas exiliados y puertas que se abren a los aires de libertad, derroche de palabras de amor y blues de carretera. Como si el hombre del piano hubiera tocado,y llorado, solo para mí y así hubiera recuperado al fin las agallas perdidas del pez de ciudad que fui.

El pasado sábado el gusto fue de ellos pero sobre todo mío y nuestro. Porque la fiesta fue como un ritual cívico para la libertad. Y para la alegría. Una manera festiva de lanzarnos una vez más a la insurrección. Desobedeciendo el mandato de Sabina, volvimos al lugar donde siempre fuimos felices, a un Macondo de corazones tendidos al sol. Y allí volvimos a certificar que solo se vive de verdad cuando somos capaces de dejar escapar el corazón del pecho para que te aterrice en el del vecino. En ese vuelo, yo, adolescente de más de 40, volví a soñar que Ana me susurraba al oído "dime que me quieres" mientras que juntos seguíamos tejiendo la camisa blanca de mi niñez.

Fotografías: Fernando Cepedello
Publicado en THE HUFFINGTON POST, 22 de junio de 2016: http://www.huffingtonpost.es/octavio-salazar/el-gusto-es-nuestro_b_10572216.html

Comentarios

  1. Felicidades por la entrada. La crónica de un grupo de amigos que nos volvimos a juntar 20 años después para el concierto. Ahí va nuestra crónica musical del primer concierto del Tour 2016.
    https://www.facebook.com/notes/el-viaje-de-%C3%ADcaro-de-personas-y-organizaciones-rrhh/el-gusto-es-nuestro-20-a%C3%B1os/1202161013148714

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias!!!! Leí la tuya que también me encantó... Fue un gustazo estar allí, sin duda.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

YO, LA PEOR DEL MUNDO

"Aquí arriba se ha de anotar el día de mi muerte, mes y año. Suplico, por amor de Dios y de su Purísima Madre, a mis amadas hermanas las religiosas que son y en lo adelante fuesen, me encomienden a Dios, que he sido y soy la peor que ha habido. A todas pido perdón por amor de Dios y de su Madre. Yo, la peor del mundo: Juana Inés de la Cruz". Mi interés por Juana Inés de la Cruz se despertó el 28 de agosto de 2004 cuando en el Museo Nacional de Colombia, en la ciudad de Bogotá, me deslumbró una exposición titulada "Monjas coronadas" en la que se narraba la vida  y costumbres de los conventos durante la época colonial. He seguido su rastro durante años hasta que al fin durante varias semanas he descubierto las miles de piezas de su puzzle en Las trampas de la fe de Octavio Paz. Una afirmación de éste, casi al final del libro, resume a la perfección el principal dilema que sufrió la escritora y pensadora del XVII: " Sor Juana había convertido la inferioridad

EL ÁNGEL DE AURORA Y ELENA

  El dolor siempre pasa por el cuerpo. Y la tristeza. También el goce, los placeres, la humillación. Somos cuerpo atravesado por las emociones. Los huesos y la piel expresan los quiebros que nos da la vida. Esta acaba siendo una sucesión de heridas, imperceptibles a veces, que nos dan nombre. Algunas supuran por los siglos de los siglos. Otras, por el contrario, cicatrizan y nos dejan tatuados. Las heridas del amor, de los placeres, de los esfuerzos y de las pérdidas. Estas últimas son las que más nos restan. Como si un bisturí puñetero nos arrancara centímetros de piel.   Sin anestesia. Con la desnudez propia del recién nacido. Con la ligereza apenas perceptible del que se va. No puedo imaginar una herida más grande que la provocada por la muerte de un hijo apenas recién iniciado su vuelo. Por más que el tiempo, y las terapias, y   las drogas, y los soles de verano, hagan su tarea de recomposición. Después de una tragedia tan inmensa, mucho más cuando ha sido el fruto de los caprich

CARTA A MI HIJO EN SU 15 CUMPLEAÑOS

  De aquel día frío de noviembre recuerdo sobre todo las hojas amarillentas del gran árbol que daba justo a la ventana en la que por primera vez vi el sol  reflejándose en tus ojos muy abiertos.   Siempre que paseo por allí miro hacia arriba y siento que justo en ese lugar, con esos colores de otoño, empezamos a escribir el guión que tú y yo seguimos empeñados en ver convertido en una gran película. Nunca nadie me advirtió de la dificultad de la aventura, ni por supuesto nadie me regaló un manual de instrucciones. Tuve que ir equivocándome una y otra vez, desde el primer biberón a la pequeña regañina por los deberes mal hechos, desde mi torpeza al peinar tu flequillo a mis dudas cuando no me reconozco como padre autoritario. Desde aquel 27 de noviembre, que siento tan cerca como el olor que desde aquel día impregnó toda nuestra casa, no he dejado de aprender, de escribir borradores y de romperlos luego en mil pedazos, de empezar de cero cada vez que la vida nos ponía frente a un n