Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de junio, 2025

CHARO EN CINECITTÀ

  "Pero yo tengo esa manera de ser, quiero demasiado, mando demasiado, amo demasiado algo que no alcanzo, y cuando no lo alcanzo, intento desesperadamente transformar lo que existe de modo que el objeto defectuoso se aproxime a la realidad inalcanzable" Lidia Jorge, Misericordia Odio el verano. Cada año que pasa un poquito más que el anterior. Desde que descubrí que Mina cantaba esa título lo convertí en parte de mi banda sonora.   Odio l`estate . A Charo tampoco le gustaba el verano. Cuando empezaba el sol a arder se recluía en su casa, con el aire acondicionado, con sus libros y sus músicas: “a mí ya no me veis hasta septiembre u octubre”. Este año apenas si le ha dado tiempo a quejarse del calor. En pleno solsticio ha decidido dejar este mundo cada vez más de locos, con Trump de machote guerrero y los puteros de siempre haciendo lo de toda la vida,     y ya supongo que anda haciendo uno de esos viajes que a ella tanto le gustaban. A los que seguimos aquí, y que ta...

UNA PERRA ANDALUZA. Bendita imperfección.

  En este mundo de trincheras identitarias, el mercado ha encontrado un nicho perfecto en lo LGBTIQ+.   La industria audiovisual, que más allá de lo creativo no busca sino consumidores ávidos de productos, se está dejando llevar por esa corriente en la que podemos encuadrar películas y series que nos dibujan una realidad sin aristas. Empaquetada con papel de colores y purpurina. Sin recato alguno en la reproducción de roles y estereotipos, además de continuista con respecto a las pautas y valores del ecosistema heteronormativo, contra el que se supone que estábamos luchando. En muchos casos pareciera que con reducirlo todo a amores y desamores, músicas nostálgicas y acontecimientos eufóricos, el producto habría pasado el filtro de lo políticamente correcto y, en consecuencia, y es algo que nos debería hacer sospechar, es capaz de recabar audiencias exitosas. Lo cual significa que incluso quienes no están por la labor de desmontar el orden binario de género, sino más bien al co...

SIRAT. Epifanía de los cuerpos que bailan

  Como bien explica Vicente Monroy en su imprescindible Breve historia de la oscuridad, vivimos unos tiempos de exceso de luz. Ni siquiera la oscuridad de las habitaciones es tal desde que los móviles, que nos acompañan incluso debajo de la almohada, las iluminan de manera intempestiva. Vivimos permanentemente expuestos, fotografiados, visibles hasta en nuestra intimidad. De esta manera, hemos ido cortando alas a la imaginación, a la dimensión creativa de la inteligencia, a los pensamientos que requieren de lenta cocción como los buenos guisos. Consumimos más productos audiovisuales que nunca pero el mismo verbo, consumir , y el sustantivo, productos , nos dan pistas de cómo y para qué lo hacemos. De ahí la necesidad de reivindicar, sin melancolía, la oscuridad de las salas como esa especie de útero en el que es posible que se engendre la vida. Ese templo en el que se oficia desde el siglo pasado un ritual cívico que hace que superemos nuestro ombligo y nos sintamos parte de “lo co...