Este viernes se estrenó Justicia artificial , una coproducción hispanoportuguesa que nos sitúa en un cercano 2028 en el que el gobierno de nuestro país, al fin presidido por una mujer, convoca un referéndum con el fin de introducir en la Constitución la inteligencia artificial como pieza clave de nuestra Administración de Justicia. Una jueza, Carmen Costa, encarnada con solvencia y con la frialdad que le exige el personaje por Verónica Echegui, se verá envuelta en una trama propia de un thriller, en la que tendrá que lidiar con los intereses políticos y los de la empresa encargada del sistema que pretende sustituir a juezas y jueces. Nada de utopía ni de pesadilla descabellada. Por el contrario, y a diferencia de otras películas que ya han tenido como protagonista a la IA, la de Simón Casal plantea un debate que hoy es central en muchos contextos jurídicos. Un debate que debería interesarnos en cuanto ciudadanía ya que son nuestros derechos, y sus garantías, lo que está en juego.
Cuaderno de bitácora de Octavio Salazar Benítez