Ir al contenido principal

LA NOCHE QUE NO ACABA: La historia de un animal que quiso ser sujeto

"No dormir en toda la noche, de puro gozo,
sin contar ovejas ni importarme el sonar de las campanas,
recibiendo con agrado la charla matutina
de pájaros, hijos del alba, que ociosamente discuten
detalles caprichosos de la llegada prometida.
¿Vestirá de rojo, de bermejo, de azul
o de puro blanco? Vista como vista, estará gloriosa.
No dormir en toda la noche, de puro gozo,
es algo que se otorga a pocos pero al fin a mí.
Y así, cuando me ría o me desperece, o salte de la cama
me deslizaré escalera abajo, rozando con los pies la alfombra
por la cortesía debida al avanzar civilizado,
aunque, si quisiera,
podría echar a volar por la ventana abierta
y posarme en una rama, allá en lo alto,
como aliado aceptado por los pájaros
que, todavía alerta, murmuran juntos suavemente".

ROBERT GRAVES




No se me ocurre mejor manera de celebrar este 8M que recordando el poema de Robert Graves del que parte el título de la película que ayer tuvimos la suerte de disfrutar en la Filmoteca de Andalucía dentro del ciclo LA IGUALDAD EN RODAJE. Con la compañía y complicidad de su director, Isaki Lacuesta ( un tipo auténtico, listo como el hambre, tierno y amable, con esa sencillez que sólo habita en el corazón de los que tienen mucho que ofrecer y sin embargo no dejan de seguir aprendiendo), seguimos la reconstrucción de un mito de la pantalla, pero sobre todo, de la mujer que había detrás del personaje. "El animal más bello del mundo" que luchó toda su vida por liberarse del estereotipo que el patriarca había modelado para ella. El objeto que quiso ser sujeto. Un objetivo que parece finalmente consiguió, aunque sólo fuera  a medias, cuando los años dibujaron en su rastro las marcas que la alejaban de la escultura. 
Además, y como trasfondo, la España de las 50 y sus mujeres de negro. Las que actuaron como dobles en EL HOLANDÉS ERRANTE y que ahora, cincuenta años después, han logrado salir desnudas del mar como entonces sólo podía hacerlo Ava Gardner. La Carmen resucitada, la que amaba España porque era un país con el que compartía defectos, la que se atrevió a romper reglas, la construida siempre a través de la mirada de los hombres o de las mujeres complacientes con ellos (véase una Lucía Bosé que en la película se nos muestra como el reverso de Ava: la madre frente a la puta, Eva que domina a la serpiente). 
LA NOCHE QUE NO ACABA no es sólo el retrato de una estrella, es también un análisis agudo de un país y de unas identidades construidas desde los binarios del patriarcado. 
Isaki Lacuesta ha sabido, con inteligencia, urdir una bellísima película que me resisto a calificarla como documental. Porque su narrativa está más cerca de la ficción que del mero repaso en imágenes de unos hechos. Son muchos los hilos que podemos extraer de ella. Pero sin duda, el más sugerente, el que tiene que ver con la rebeldía de una mujer que se resiste a la cosificación y que, paradójicamente, es a través de la recreación personal del mito que representaba - la mujer fatal - desde donde intenta, y tal vez consigue , romper los barrotes de la jaula. Todo un espejo en el que mirarse/nos en este ocho de marzo en el que aún arrastramos el peso del patriarcado, a veces tan sólo disfrazado bajo una película de aparente modernidad, como el tinte azul del pelo de la Bosé. La mujer del torero.

Comentarios

Entradas populares de este blog

YO, LA PEOR DEL MUNDO

"Aquí arriba se ha de anotar el día de mi muerte, mes y año. Suplico, por amor de Dios y de su Purísima Madre, a mis amadas hermanas las religiosas que son y en lo adelante fuesen, me encomienden a Dios, que he sido y soy la peor que ha habido. A todas pido perdón por amor de Dios y de su Madre. Yo, la peor del mundo: Juana Inés de la Cruz". Mi interés por Juana Inés de la Cruz se despertó el 28 de agosto de 2004 cuando en el Museo Nacional de Colombia, en la ciudad de Bogotá, me deslumbró una exposición titulada "Monjas coronadas" en la que se narraba la vida  y costumbres de los conventos durante la época colonial. He seguido su rastro durante años hasta que al fin durante varias semanas he descubierto las miles de piezas de su puzzle en Las trampas de la fe de Octavio Paz. Una afirmación de éste, casi al final del libro, resume a la perfección el principal dilema que sufrió la escritora y pensadora del XVII: " Sor Juana había convertido la inferioridad ...

CARTA A MI HIJO EN SU 15 CUMPLEAÑOS

  De aquel día frío de noviembre recuerdo sobre todo las hojas amarillentas del gran árbol que daba justo a la ventana en la que por primera vez vi el sol  reflejándose en tus ojos muy abiertos.   Siempre que paseo por allí miro hacia arriba y siento que justo en ese lugar, con esos colores de otoño, empezamos a escribir el guión que tú y yo seguimos empeñados en ver convertido en una gran película. Nunca nadie me advirtió de la dificultad de la aventura, ni por supuesto nadie me regaló un manual de instrucciones. Tuve que ir equivocándome una y otra vez, desde el primer biberón a la pequeña regañina por los deberes mal hechos, desde mi torpeza al peinar tu flequillo a mis dudas cuando no me reconozco como padre autoritario. Desde aquel 27 de noviembre, que siento tan cerca como el olor que desde aquel día impregnó toda nuestra casa, no he dejado de aprender, de escribir borradores y de romperlos luego en mil pedazos, de empezar de cero cada vez que la vida nos ponía...

SÍ, TODOS LOS HOMBRES

  Llevo años trabajando con hombres jóvenes y no tan jóvenes en cuestiones relacionadas con igualdad, y muy especialmente en tratar de hacerles ver la conexión que existe entre la cultura machista y la violencia. La violencia en general y, de manera más singular, las que sufren las mujeres. En la mayoría de los casos siempre me he encontrado con una tendencia a enfocar esta realidad como si fuera algo externo a ellos, algo que les pasa a otros. Esos “otros”, no ellos, que son los machistas y no digamos los violentos. Salvo excepciones, les cuesta admitir que a diario todos reproducimos machismo y que hemos sido socializados de tal manera que nuestra identidad se ha construido sobre una cultura de dominio, de relevancia pública y de subjetividad y autonomía incontestables. Un paradigma que, a su vez, necesita del que concibe a las mujeres con un estatus inferior al nuestro, además de como   permanentemente disponibles para satisfacer nuestros deseos y necesidades. Justamente es...