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Mostrando entradas de junio, 2016

¿QUIÉN LE HACÍA LA CENA A ADAM SMITH?

Después de soportar una soporífera campaña electoral casi monopolizada por sujetos del sexo masculino, volví con más interés si cabe a las páginas de  ¿Quién le hacía la cena a Adam Smith?,  el estupendo libro que Katrine Marçal ha escrito mirando la economía con las “gafas violetas” del feminismo.  Un libro que, me temo, mis colegas varones, monopolizadores del debate público, no han leído, de la misma manera que parecen ignorar las brillantes aportaciones que en las últimas décadas se han hecho desde la teoría económica feminista. De ahí que no nos debiera extrañar a estas alturas que, tal y como hemos comprobado en la campaña electoral eterna que acaba de finalizar, no solo las mujeres hayan estado ausentes en cuanto sujetas con poderío, que diría Marcela Lagarde, sino que también lo ha estado el “género”, entendido como marco de las relaciones de poder que continúan condicionando las relaciones entre nosotros y ellas. A lo que habría que sumar la práctica ignorancia de dramas c

DEL ORGULLO AL RECONOCIMIENTO

Stonewall, Orlando, tu ciudad, mi ciudad. Todos habitamos espacios en los que hoy continúa cultivándose el miedo al diferente, la negación del otro, el no reconocimiento del que rebasa la línea de la normalidad. Espacios habitados por seres vulnerables que nos piden a gritos que este año el 28 de junio sea una fecha más reivindicativa que de celebración. Las cada vez más preocupantes cifras de delitos de odio y discriminación, las tan frecuentes reacciones homófobas en las redes sociales o el aumento de los casos de acoso escolar basado en la orientación sexual o la identidad de género, nos demuestran que estamos lejos de la deseada igualdad, y que en incluso estamos asistiendo a un cierto retroceso con respecto a lo que pensamos que ya eran conquistas irreversibles. Las múltiples crisis que sufrimos están alimentando, como ha sido habitual en otros momentos históricos, la reivindicación extrema de un orden construido a imagen y semejanza de mayoría empoderada. Incluso en países com

RESISTIRÉ

Somos un país de dúos dinámicos y de viento plácidos. Nos gustan poco las sorpresas y mucho menos los sorpassos. Siempre fuimos conservadores y miedosos. Mientras que en otros países cercanos la burguesía hacía su revolución y cortaba cabezas, aquí aprobábamos constituciones monárquicas y proclamábamos el catolicismo como la única religión verdadera. Mientras que muy cerca los pueblos se levantaban contra sus dictadores aquí esperamos a que el nuestro se muriera en la cama. Hemos sido, en general, un pueblo poco dado a darle un vuelco radical a los acontecimientos. El arraigado sentido judeocristiano de la culpa y el «virgencita que me quede como estoy» nos ha convertido en campo abonado no solo para los salvadores sino también para los que nos prometen tranquilidad y escasos sobresaltos. Por eso siempre he pensado que Lampedusa bien podría haber ambientado su Gatopardo en este Sur que en el fondo es tan similar al suyo. Vistos los resultados de lo que en un principio parecía un i

28J: CUESTIÓN DE CIUDADANÍA

Stonewall, Orlando, tu ciudad, mi ciudad. Todos habitamos espacios en los que hoy continúa cultivándose el miedo al diferente, la negación del otro, el no reconocimiento del que rebasa la línea de la normalidad. Espacios habitados por seres vulnerables que nos piden a gritos que este año el 28 de junio sea una fecha más reivindicativa que de celebración. Las cada vez más preocupantes cifras de delitos de odio y discriminación, las tan frecuentes reacciones homófobas en las redes sociales o  el aumento de los casos de acoso escolar basado en la orientación sexual o la identidad de género, nos demuestran que estamos lejos de la deseada igualdad, y que en incluso estamos asistiendo a un cierto retroceso con respecto a lo que pensamos que ya eran conquistas irreversibles.  Las múltiples crisis que sufrimos están alimentando, como ha sido habitual en otros momentos históricos,  la reivindicación extrema de un orden construido a imagen y semejanza de mayoría empoderada. Incluso en países

EL GUSTO ES NUESTRO

En este país, en el que con tanta frecuencia tenemos una corta memoria y en el que somos incapaces de reconocer con generosidad el triunfo ajeno, se producen a veces milagros que demuestran que las cosas, cuando se hacen de verdad, traspasan tiempos y corazones. Los tres caballeros y la dama que el sábado volvieron a llenar el antiguo Palacio de Deportes de Madrid son el mejor ejemplo de cómo esos milagros existen y de cómo la música es el arte con más capacidad para hilvanar la memoria individual con la colectiva. Ana Belén, Víctor Manuel, Serrat y Miguel Ríos llevan décadas, para regocijo de muchos y envidia de unos cuantos, poniéndolo voz a las emociones, a los pesares, a lo sueños y a los amores de quienes los consideramos parte de nuestras vidas. Con un esfuerzo más que demostrado y con una honestidad que solo se atreven a discutir los envidiosos, han ido tejiendo en varias generaciones un relato para la libertad. De ahí que no debiera sorprendernos que a estas alturas, cuando

NO SOMOS IDIOTAS

No sé ustedes pero yo a estas alturas de campaña, que recordemos empezó realmente en el otoño del pasado año, estoy más que aburrido. He pasado de la indignación al hartazgo y entre medias ando totalmente desubicado frente a un horizonte, el del 26-J, que me está haciendo dudar más que ninguna otra convocatoria electoral. Tal vez esta incertidumbre sea un síntoma, dirán algunos, de salud democrática y de un reactivado pluralismo que nos plantea más opciones. Yo, sin embargo, y aunque pueda parecer paradójico, solo veo repetirse lugares comunes, viejas estrategias aunque lleven corbatas nuevas y frágiles liderazgos agigantados por unos medios que a duras penas disimulan sus miserias. Mi indignación como ciudadano se debe en gran medida a la sensación que tengo de ser tratado como un menor de edad. Un niño al que es fácil engañar poniéndole un caramelo en la boca, al que no es difícil chantajear emocionalmente y con el que incluso es mejor no razonar demasiado y dejarse llevar por l

MUJERES EN CAMPAÑA

Anoche cuatro hombres, cuatro, debatieron en La Sexta de economía: el eje de la política que acaba condicionando nuestras vidas, las de todas y las de todos,  y que en los últimos años ha demostrado que tiene la virtualidad, cuando está en manos de los señores neoliberales, de hacer más vulnerables a las mujeres. Al parecer ni una sola mujer hay en los partidos mayoritarios capaz de estar a la altura de quienes continúan usurpando la universalidad. Nada parece que pueda aportar de interesante, por ejemplo, todo lo mucho y bueno que desde hace años se está trabajando desde las teorías ecofeministas. Esta noche de nuevo asistiremos, entre aburridos e indignados, no sé si queda alguno que ilusionado, a un debate en el que de nuevo ellos serán los protagonistas. Los varones que pretenden liderar nuestro futuro volverán a demostrarnos que lo público es cosa de "echarle huevos" (ay, Bigas Luna qué estás en los cielos). Todo ello en una tarde en la que se unirán los dos espacios