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Mostrando entradas de febrero, 2023

ELLAS HABLAN: Un ejercicio de imaginación feminista.

Sostiene Santiago Alba Rico en su imprescindible   Ser o no ser (un cuerpo),   que mientras que la fantasía es una facultad eminentemente masculina, la imaginación es femenina y, a diferencia de aquélla, no necesita de grandes discursos ni potencias, sino que más bien se alimenta de pequeñas acciones, de la cercanía, de la otredad. De ahí que “contra el patriarcado se trate no de aumentar la fantasía de las mujeres, sino la imaginación de los hombres; y para esto, obviamente, hay que transformar las condiciones materiales, sociales y políticas de la imaginación y sus cuidados”.   La película  Ellas hablan  empieza con la advertencia de que lo que vamos a ver es un ejercicio de “imaginación femenina”. De esta manera, su autora, la directora y guionista Sarah Polley, nos sitúa ante un horizonte, en el que, como veremos, no es lo mismo escapar que irse. La dramática historia de esa comunidad menonita donde las mujeres han sufrido toda clase de abusos y violencias por parte de los hombres

MITZI FABELMAN: El horizonte de una "mala" madre

Me enamoré de ella, al mismo tiempo que de Heath Ledger, en   Brokeback Mountain . Pocas actrices como ella saben incorporar en su cuerpo y en su mirada la desolación, la pesadumbre, el ansia de romper barrotes. La tristeza y la risa que salva.  Michelle Williams es lo mejor de   Los Fabelman , la última película de Spielberg que si no fuera de él tal vez no habría visto. Me interesa muy poco la historia de Sam, el chico protagonista, y su pasión por hacer películas, aunque es obvio que el tramposo de Steven sabe rodar con esmero y consigue algunas escenas muy potentes. Lo que realmente me interesa de la historia es el personaje de la madre, de esa mujer que vive atrapada en un mundo que le ha cortado las alas, que es la que nutre a la familia, y por supuesto al hijo, de imaginación. Esa capacidad para pensar en otros mundos alternativos, en otras posibilidades, que las mujeres han desarrollado más que nosotros, tan empeñados en el alimentar, como bien sostiene Santiago Alba, nuestras

GOYAS 2023: La matria que quiero habitar

Soy de esos ciudadanos que nunca se han llevado bien con la palabra patria. Incluso su sonido, cuando la escucho, cuando alguna vez la he pronunciado, me resulta como un rasguño. Como una de esas heridas que a veces te haces en la piel con el filo de un folio. Es lo más opuesto a lo que sería para mí un útero cívico, una matria, compuesta de valores que nutren la vida y de personas que hacen que ella, pese a todo, sea una celebración. Como alguna vez he hablado con mi amiga  Mercedes de Pablos , esa bruja que siempre me acoge en su bosque, para mí son más personas concretas, o grupos de personas, quienes me hacen sentir cuál es el lugar que me gustaría habitar. Cuál es, en sentido de horizonte, el país que me gustaría que mi hijo, y sus hijas e hijos si los tiene, heredase. Algo así, que tan complicado me resulta de explicar, es lo que sentí el pasado sábado cuando tuve la suerte de asistir a la ceremonia de los Goya en Sevilla. Para mí, un niño que volaba en los cines de su pueblo y q

LA CONSAGRACIÓN DE LA PRIMAVERA: De sacrificios, cuerpos y deseos

  ¿Es o debería ser la satisfacción de nuestras necesidades sexuales un derecho? ¿Deberían existir entonces profesionales encargadas de prestar ese servicio? ¿Forma para una sexualidad sana y plena de un sentido amplio de salud y bienestar? ¿Pueden ser los deseos derechos? ¿Tienen los sujetos con alguna “diversidad funcional” derecho a ver satisfechos sus deseos?¿Hasta qué punto nuestra percepción de este dilema está condicionado por el presupuesto de unos cuerpos normativos? ¿Hemos incorporado los cuerpos “otros” a nuestra percepción de lo humano? ¿Seguimos dándole un valor excesivo, y por tanto moralizante, a la sexualidad y a lo que nuestros cuerpos son capaces de dar y expresar?   Estas y otras muchas preguntas son las que no dejan de darme vueltas en la cabeza desde que hace unos días vi al fin la última película de Fernando Franco. Una de las más singulares y bellas del pasado año, como bellísimo es su cartel,  y que lamentablemente ha pasado tan desapercibida.  Como es habitual

EL PUNITIVISMO COMO FRACASO DEMOCRÁTICO

Todavía recuerdo alguna de las primeras lecciones recibidas en la Facultad de Derecho de Córdoba, en la que años más tarde acabaría siendo docente. Las profesoras y los profesores de Derecho Penal nos insistieron mucho en que esta rama del ordenamiento debía ser entendida siempre como la última herramienta a la que acudir. Aprendí entonces que las normas penales reflejan en definitiva el fracaso de toda una sociedad que ha sido incapaz de prevenir los conflictos ni de resolverlos sin necesidad de limitar derechos. Gracias al Derecho Constitucional, entendí bien que el Estado es, además de por supuesto, cuando es democrático, una invención garante de nuestras libertades, una herramienta de coacción, un aparato represor y violento. El Leviatán que es capaz de los mayores horrores en nombre de la seguridad. En este sentido las tensiones democráticas tienen mucho que ver con cómo se reduce a mínimos esa intervención coactiva y en cómo se amplían progresivamente nuestros espacios de autonom

LOS HIJOS DE OTROS: La emancipación de la madrastra

Soy un hombre de esas generaciones que crecieron sin tener más relatos que los construidos por otros hombres. Solo de manera excepcional la voz de las mujeres, sus vivencias y sus preocupaciones, formaron parte de mi educación intelectual y emocional. Es decir, fui educado en una cultura androcéntrica y con frecuencia misógina. Solo con el tiempo, y gracias sobre todo al feminismo, fui descubriendo otros libros en las estanterías y otras miradas en las pantallas, esos dos espacios que han sido y son esenciales en mi biografía. Crecí y maduré, por tanto, alimentado por historias cargadas de estereotipos de género y en las que las mujeres y lo femenino ocupaban un lugar secundario, siempre en función del protagonismo masculino y en la mayoría de las ocasiones devaluado. Si a eso añadimos mi educación católica, el cóctel no pudo ser más explosivo. En mis imaginarios apenas si había espacio para mujeres que no fueran las madres entregadas, las princesas por rescatar o las Evas tentadoras.

THIS IS US: El placer de la emoción

Este artículo está dedicado a tres grandes mujeres: mi madre, Anna Freixas y Beatriz Gimeno. Ellas saben por qué. Debo confesar que empecé a ver la serie   This is us   con reparos. Incluso la abandoné después de haber visto los primeros capítulos. Me parecía un producto demasiado “americano”, melodramático y artificioso. No sé bien cuándo la reinicié, supongo que alguna tarde de esas en que la casa se te cae encima y necesitas evadirte. En esta segunda ocasión, bajé mis defensas y me dejé llevar. Y así he estado durante meses, años, dosificando los episodios de las seis temporadas para que nunca me faltaran justo en esos momentos en que necesitaba reír y llorar. Porque con las historias de la familia Pearson he reído y he llorado, se me han hecho nudos en la garganta y, a solas, he sentido cómo mi cuerpo era atravesado por los conflictos y dilemas de unos personajes con los que he acabado sintiéndome muy identificado. Con el hermando controlador, con el que se deja llevar por los impu