Mirar tras la reja. La calle al otro lado. Mujeres que miran desde sus habitaciones al final de sus días. El último capítulo. Llueve, llueve, amenaza lluvia. Las paredes blancas se van poniendo verdes. Miran, rezan, piensan, recuerdan. Mujeres en los balcones y tras las rejas. Miradas femeninas que siempre esperan, entre la nostalgia de lo que no pudieron ver y la tristeza de los días que se escurren. Mujeres mayores que tienen las bocas llenas de palabras por decir. Ellas miran tras los hierros. "La sed de infinitud luchando contra los barrotes de la jaula" escribió Carmen Martín Gaite. Mujeres solas que se acompañan tras los visillos y que se peinan juntas frente al espejo en el que se ven cada día más viejas. Quizás desamparadas. La Virgen los Ángeles no sale y ellas cierran los postigos. El ruido sigue afuera. Ellas tal vez recen una oración desordenada contra los ángeles que las siguen teniendo entre rejas.
Cuaderno de bitácora de Octavio Salazar Benítez