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Mostrando entradas de enero, 2019

LA HORA DE LA DECENCIA

Hace un par de semanas un amigo de mi hijo fue insultado y agredido, por maricón, a la salida de una discoteca; la noche de Reyes un joven trans de 19 años sufrió otra agresión, por «maricona» y «marimacho». No hay más que acercarse cualquier día a las redes sociales para comprobar cómo está aumentando el discurso del odio y la agresividad hacia las diferencias. Algo de lo que saben bien y mucho las feministas, cuya credibilidad, juicio y autoridad son habitualmente cuestionados y, en los últimos tiempos, sometidos a burla y escarnio. Espacios como Facebook o Twiter están invadidos por un lenguaje violento. Son muchas las señales que nos deberían hacer pensar sobre qué sociedad estamos construyendo y de qué manera determinadas opciones políticas, por más que formalmente sean impecables desde el punto de vista constitucional, están alimentando un clima irrespirable. Estamos en un momento sombrío en el que todas y todos deberíamos reflexionar sobre nuestra responsabilidad, por acción

EL SILENCIO DE OTROS: Justicia contra el olvido

Hacía mucho tiempo que no veía tan abarrotada la sala principal de la Filmoteca de Andalucía en Córdoba, y mucho más tiempo aún que los títulos de crédito de una película provocaran un aplauso unánime y emocionado. Todo eso sucedió ayer noche. Mientras que la lluvia tímida nos recordaba el invierno en la calle, en la pantalla seres humanos nos contaban su lucha por un derecho humano fundamental. El derecho a la memoria, sin el que es imposible construir un presente de vida digna y mucho menos un futuro esperanzado, se nos narra en El silencio de otros con nombres y apellidos, con dolores que tienen rostro y, más hermoso aún, con el latido colectivo de todos aquellos y de todas aquellas que todavía siguen esperando que en este país sepultemos al fin el olvido. Rodada a lo largo de seis años, y mostrándonos de manera muy didáctica el proceso iniciado en Argentina contra los crímenes de lesa humanidad cometidos en España durante el franquismo, el documental dirigido por Almudena C

EL VICIO DEL PODER o la farsa de la democracia

Siempre he envidiado de los creadores norteamericanos, y muy especialmente de los audiovisuales, su capacidad crítica con el sistema. A diferencia de nosotros, y hablo muy en particular de los españoles, que solemos hablar en voz baja de todo aquello que nos escuece, los estadounidenses nos han dado frecuentes y brillantes ejemplos de obras cinematográficas en las que dejan desnudo al emperador y muestran al mundo, no sé si con un cierto cinismo, las miserias de su realidad política.  Vice, titulada aquí de manera muy facilona El vicio del poder, estrenada la semana pasada, es el más reciente ejemplo de cómo en la pantalla podemos ver las cloacas del régimen, esas que nuestro país solo adivinamos a través del espectáculo limitado que generan ciertos medios de comunicación y alguna tertulia televisiva. Solo recuerdo dos recientes títulos españoles que han intentado emular este tipo de cine político,  al estilo del Oliver Stone de sus mejores tiempos. Me refiero a El hombre de las mil

18

La mayoría de edad no es sino una convención más, marcada por las leyes y en su caso por los usos sociales, que sirve para indicarnos el paso al estatus completo de ciudadanía. Entre otras cosas, y no es poco, es la puerta que nos permite ejercer el derecho de sufragio y, por tanto, la inserción plena en un cuerpo democrático que, pese a sus sombras, es el que hoy por hoy mejor se acomoda a la dignidad intrínseca a todo ser humano. Convertirse en ciudadano o en ciudadana supone pues asumir derechos pero también obligaciones, ser parte de un todo en el que cada pieza disfruta de una porción de soberanía, tener la capacidad, y no solo a través de las urnas, de tener voz en las conversaciones que pacíficas hacen posible el milagro de la convivencia. Cumplir 18 años es pues motivo más que suficiente para una celebración. Y no hablo de las puestas de largo que todavía hoy siguen considerando a las mujeres como princesas, sino de las fiestas que deberían servirnos como rituales laicos

TIEMPO DESPUÉS: Las afueras según Cuerda

Hace tiempo que la comedia española parece prisionera de un bucle en el que se repiten esquemas, actores y actrices que son más o menos garantía de un cierto éxito en taquilla, y en el que los guiones abusan de la brocha borda y carecen del ingenio del que hicieron gala hace décadas los grandes maestros de nuestro cine. Como espectador siempre voraz, estoy realmente ha rto de tópicos, lugares comunes y chistes que parecen anclados en la época del destape. Nada de lo que veo en la pantalla grande, capitaneado por los Dani Rovira y compañía, me provoca una carcajada. Seguramente porque siempre he entendido que el humor, el de verdad, es más cuestión de inteligencia que de vísceras. Por ello me sentido tan feliz al empezar mi año cinematográfico viendo la última joya de José Luis Cuerda.  Debo confesar que soy de los devotos absolutos de Amanece que no es poco, la cual me parece una de las películas más raras, necesarias y divertidas del "mundo mundial". Uno de esos retrato