A todos y a todas los que contemplan el feminismo con una evidente carga de prejuicios, los cuales suelen ser fruto en la mayoría de las ocasiones de una ignorancia cultivada, me gusta insistirles en que será posible debatir con ellos y con ellas cuando se hayan acercado, siquiera mínimamente, a la vasta teoría que aquél lleva produciendo desde finales del XVIII. Me continúa sorprendiendo todavía hoy la ligereza con la que se juzga no sólo un movimiento sino también toda una construcción teórica que debería estar a la misma altura que otras que gozan del reconocimiento social y científico. Confieso que llevo años leyendo y estudiando todo lo que el feminismo ha aportado a la democracia, y más en concreto a la teoría jurídica, y todavía descubro lagunas, autoras a las que debo acercarme y miradas que me ofrecen nuevos interrogantes. Ha sido tanto lo que he aprendido, y lo que he crecido gracias al feminismo no sólo como jurista sino sobre todo como persona, que no puedo estar más q
Cuaderno de bitácora de Octavio Salazar Benítez