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Entradas

DIAMANTI. El vaginódromo de Ozpetek

  Hay directores de cine y de teatro que usan a las mujeres como si fueran muñecas a las que ponen y quitan vestidos espectaculares, a las que convierten en heroínas de historias de amor y desamor, a las que transforman en divas bellísimas e intensas, a las que fotografían con tonos que subrayan sus rasgos, a las que les ofrecen monólogos con frases brillantes, a las que, en definitiva, usan como objeto de unas fantasías que tal vez tenga que ver con unas infancias en que ellos se vieron obligados a renunciar a la feminidad. Son como los vestidores de vírgenes de nuestra Semana Santa que, a mi parecer, confunden a la Macarena con una especie de Nancy a la que ir cambiándole el modelito según la temporada. Es el caso de muchos “genios” homosexuales que incluso han tenido y tienen actrices fetiche con las que juegan como si el plató o el escenario fuera una gigantesca “casa de muñecas”. Así lo podemos comprobar en buena parte del cine de Pedro Almódovar, en los montajes teatrales de ...
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EL DIARIO DE MI MADRE

  Mi madre cada vez se acuesta más temprano. No es que nunca fuera de mucho trasnochar, pero es que, en los últimos años, como ya ni siquiera le interesa lo que ponen por la tele, se mete en la cama cuando todavía entra por la ventana algo de luz. Ello no quiere decir que se ponga a dormir, ni mucho menos. Su cama se convierte en una especie de laboratorio en el que ella, justo en ese momento del día, recupera no solo un espacio sino también un tiempo del que se siente dueña absoluta. Ahora que lo pienso, tal vez la pasión de mi madre por los libros tenga que ver con esa necesidad de encontrarse consigo misma, de tener al menos unas horas al día no dedicadas a los demás. Ella siempre vivió en ese trapecio: cuando estaba embarazada de mí, me cuenta, no dejaba de leer libros en la cocina, mientras preparaba el guiso del día, uno de esos de cuchara que solo con él tiempo he llegado a apreciar de verdad. Como nunca tuvo atril, colocaba el libro que estaba leyendo, y que solía ser volum...

POLITIZAR EL ORGULLO

Expectantes ante el pronunciamiento de nuestro Tribunal Constitucional sobre el recurso planteado contra la Ley 4/2023, de 28 de febrero, para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI, y alarmados ante la regresión que en materia de derechos de estos colectivos se está viviendo incluso dentro de la misma Europa, llegamos a un 28 de junio en el que más que nunca necesitamos recuperar su razón vindicativa. Ante un panorama desolador en el que muchos gobiernos autonómicos y locales han desactivado la potencia política del Orgullo, en algunos casos con la complicidad de un sector del movimiento que parece vivir feliz con las lógicas elitistas y asimilacionistas del mercado, urge recuperar el sentido emancipatorio que ha de tener una fecha que lamentablemente está siendo manipulada por quienes ven en ella un pretexto perfecto para el negocio y para el acomodo a unas dinámicas identitarias que poco o nada tienen de emancipator...

CHARO EN CINECITTÀ

  "Pero yo tengo esa manera de ser, quiero demasiado, mando demasiado, amo demasiado algo que no alcanzo, y cuando no lo alcanzo, intento desesperadamente transformar lo que existe de modo que el objeto defectuoso se aproxime a la realidad inalcanzable" Lidia Jorge, Misericordia Odio el verano. Cada año que pasa un poquito más que el anterior. Desde que descubrí que Mina cantaba esa título lo convertí en parte de mi banda sonora.   Odio l`estate . A Charo tampoco le gustaba el verano. Cuando empezaba el sol a arder se recluía en su casa, con el aire acondicionado, con sus libros y sus músicas: “a mí ya no me veis hasta septiembre u octubre”. Este año apenas si le ha dado tiempo a quejarse del calor. En pleno solsticio ha decidido dejar este mundo cada vez más de locos, con Trump de machote guerrero y los puteros de siempre haciendo lo de toda la vida,     y ya supongo que anda haciendo uno de esos viajes que a ella tanto le gustaban. A los que seguimos aquí, y que ta...

UNA PERRA ANDALUZA. Bendita imperfección.

  En este mundo de trincheras identitarias, el mercado ha encontrado un nicho perfecto en lo LGBTIQ+.   La industria audiovisual, que más allá de lo creativo no busca sino consumidores ávidos de productos, se está dejando llevar por esa corriente en la que podemos encuadrar películas y series que nos dibujan una realidad sin aristas. Empaquetada con papel de colores y purpurina. Sin recato alguno en la reproducción de roles y estereotipos, además de continuista con respecto a las pautas y valores del ecosistema heteronormativo, contra el que se supone que estábamos luchando. En muchos casos pareciera que con reducirlo todo a amores y desamores, músicas nostálgicas y acontecimientos eufóricos, el producto habría pasado el filtro de lo políticamente correcto y, en consecuencia, y es algo que nos debería hacer sospechar, es capaz de recabar audiencias exitosas. Lo cual significa que incluso quienes no están por la labor de desmontar el orden binario de género, sino más bien al co...

SIRAT. Epifanía de los cuerpos que bailan

  Como bien explica Vicente Monroy en su imprescindible Breve historia de la oscuridad, vivimos unos tiempos de exceso de luz. Ni siquiera la oscuridad de las habitaciones es tal desde que los móviles, que nos acompañan incluso debajo de la almohada, las iluminan de manera intempestiva. Vivimos permanentemente expuestos, fotografiados, visibles hasta en nuestra intimidad. De esta manera, hemos ido cortando alas a la imaginación, a la dimensión creativa de la inteligencia, a los pensamientos que requieren de lenta cocción como los buenos guisos. Consumimos más productos audiovisuales que nunca pero el mismo verbo, consumir , y el sustantivo, productos , nos dan pistas de cómo y para qué lo hacemos. De ahí la necesidad de reivindicar, sin melancolía, la oscuridad de las salas como esa especie de útero en el que es posible que se engendre la vida. Ese templo en el que se oficia desde el siglo pasado un ritual cívico que hace que superemos nuestro ombligo y nos sintamos parte de “lo co...

ELLAS EN LA CIUDAD

  “No es sólo cuestión de contar lo que nos han hecho, es dotarnos de una conciencia social, de propiciar una transformación formal, real y legal para que no vuelva a ocurrir. Es contarnos entre nosotras, y también contarles a ellos hasta que se den por aludidos” Aida Dos Santos, Hijas del hormigón   Una de las grandes revoluciones, todavía pendiente para muchos hombres, es que reconozcamos a las mujeres como prescriptoras o, lo que es lo mismo, como sujetas con autoridad y prestigio, maestras capaces de abrirnos ventanas y de ayudarnos a cuestionar el mundo sesgado en que fuimos socializados. Yo hace tiempo que, por fortuna del feminismo, tengo en mi vida a muchas mujeres que me nutren con sus propuestas y sus recomendaciones. Las escucho y las leo porque siempre me hacen descubrir horizontes de posibilidades. De su mano suelo ir al cine y a las librerías, a exposiciones y eventos en los que, además, ellas son la mayoría del público. Fueron justamente dos de esas mujere...