Hay muchos argumentos que justifican que Querer , dirigida por Alauda Ruiz de Azúa, sea considerada, con permiso de Javi Giner y su impresionante Yo, adicto , la serie del año. Y lo es por cómo sus creadoras han sabido construir un relato sobre la violencia, y sobre la cultura machista en que se asienta, con un perfecto engranaje de emociones, silencios, gestos y palabras. Con una austeridad casi nórdica que lejos de restar no hace sino potenciar la verdad. De esta manera, la serie nos revela unos procesos que todavía son invisibles para muchos y muchas, al tiempo que nos explica, con la fuerza que siempre aporta una narración audiovisual, qué significa la violencia en cuanto herramienta de degradación de la persona que la sufre y en cuanto expresión de la desigualdad de estatus en que consiste la desigualdad de género. Todo ello en ese entorno privado que es la familia y en el que se van gestando, de manera ininterrumpida, como esa agua que gotea lent...
Cuaderno de bitácora de Octavio Salazar Benítez